La mayoría de nuestras Biblias están saturadas de números, divisiones, referencias, subtítulos, notas, mapas, etc. Todo eso puede ser útil, especialmente durante el estudio bíblico, pero a menudo estas cosas sencillamente estorban nuestra lectura natural y fluida de la Palabra, nos distraen, y hasta nos intimidan innecesariamente.
Una de las mejores respuestas a esta tendencia es la nueva Biblia del Lector, publicada por Holman. Es una presentación hermosa de la Palabra, en portadas con colores olivo o vino, de pasta dura, cuidadosamente diseñada para la lectura inmersiva y natural. No incluye las divisiones de capítulos y versículos, ni subtítulos y otros añadidos.