En los últimos años, he conversado con pastores y líderes que se sienten presionados a ser relevantes en redes sociales y no saben cómo hacerlo entre tantas ocupaciones.
El sermón de los domingos demanda tiempo, al igual que las horas de consejería, entrenar líderes, las reuniones pastorales, las conversaciones en familia, la crianza de los niños y los estudios teológicos. Parece que los minutos no alcanzan para hacer vídeos en YouTube y ser más activo en redes sociales, comentando sobre las noticias del día o pensando en frases ingeniosas y edificantes dignas de retuits. Y parece que eso es necesario para ser un líder cristiano influyente hoy, ¿no es cierto?
Entiendo la presión. La siento con frecuencia, en especial como alguien que está por publicar un libro sobre la vida cristiana y las redes sociales. Esto a veces lleva a algunas personas a creer que yo debería pasar todo el día en Internet.
Aquí mi recomendación, como una oveja que ha podido hablar con pastores abrumados y perplejos ante esta presión: Si hacer aquello a lo que Dios te llamó —que es liderar a quienes están cerca de ti— y compartir tiempo de calidad con tu familia y amigos no te deja tiempo para construir una plataforma «relevante» en redes sociales, no te preocupes. Ya estás haciendo la voluntad de Dios revelada para tu vida.