Sé que gracias a Dios soy leído por muchos líderes de jóvenes, por eso me parece oportuno compartir algunas advertencias en el blog. Es mi oración que cada día seamos mejores líderes cristianos para la gloria de Dios.
1. Asegúrate de que en verdad eres un líder.
Son demasiados los jóvenes en círculos cristianos que creen que son líderes de jóvenes. Te seré honesto: El despertar va a ser duro.
Liderazgo no es tener un título de “líder de jóvenes”. Es tener influencia. Y la forma de ser influyente para dirigir la atención de las personas a la gloria de Dios, es viviendo para la gloria de Dios. No hay otra forma de liderazgo cristiano.
Si necesitas decirle a la gente que eres líder, entonces no lo eres. Si los muchachos a quienes “lideras” te escuchan porque tienen que escucharte, en vez de hacerlo porque quieren escucharte, entonces tampoco eres líder. Si eres un líder en tu congregación pero no fuera de ella, en realidad no eres un líder cristiano. Eres un actor.
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2. Aléjate de los falsos maestros.
“Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido! Porque el que le dice: ¡Bienvenido! participa en sus malas obras” (2 Juan 10-11)
La Palabra es clara cuando nos advierte una y otra vez contra los falsos maestros. Y es que ellos pueden hacer mucho daño y son buenos al engañar a multitudes. Debemos guardarnos de ellos.
Líder de jóvenes, no seas de esos que se asocian con falsos pastores y los adulan, para darse a conocer y tener más adelante alguna posición o plataforma; para que los hagan «pastores» o «líderes» y les den un «ministerio». No necesitas prostituirte de esa manera, y más importante aún, eso no agrada a Dios.
Tal vez te veas presionado a «sujetarte» a un falso pastor, pero no caigas en eso. Te lo digo por experiencia: Nunca me he arrepentido de apartarme de falsos maestros, falsos pastores y falsos amigos. En mi caso personal, puedo decir que siempre que he cerrado una puerta que me ha abierto un falso maestro, Dios me abre un millón de puertas más. Dios es fiel.
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3. Ten cuidado al elegir a tu pareja de vida.
“No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?” (2 Corintios 6:14)
Luego de una relación con Dios, la relación que más nos define y afecta nuestro futuro es la relación con la persona humana ante la cual somos más vulnerables y abiertos: La persona con la que compartiremos el resto de nuestras vidas.
Es por eso que uno de los peores errores que un joven cristiano puede cometer es casarse con una persona con la cabeza repleta de falsas doctrinas. Solo porque dos personas en una relación digan ser cristianas, no significa que no estén en yugo desigual.
4. Considera la verdadera influencia.
2 Corintios 10:12 es uno de los versículos que más han impactado mi uso de las redes sociales y mi blog, pero también la forma en que veo mi liderazgo:
“Porque no nos atrevemos a contarnos ni a compararnos con algunos que se alaban a sí mismos; pero ellos, midiéndose a sí mismos por sí mismos, y comparándose consigo mismos, no son juiciosos”.
Las medidas del mundo sirven para medir un impacto terrenal, no espiritual. Son medidas creadas por hombres y bastantes superficiales. Si no estás de acuerdo con esto que te digo, considera el hecho de que la mayor revolución en toda la historia de la humanidad tuvo como piedras fundamentales a once hombres comunes y corrientes, a quienes nuestro Señor enseñó y amó.
Sólo porque alguien tenga muchos seguidores no significa que esté haciendo las cosas bien y que esté causando un impacto para la gloria de Dios, y sólo porque alguien tenga pocos seguidores no significa que esté haciendo las cosas mal.
En un mundo tan superficial, es necesario que no seamos superficiales. Nosotros no podemos ver el cuadro completo que forman todas las cosas a nuestro alrededor y en el cual estamos. El día en que Dios nos muestre ese cuadro, veremos que muchas personas que en el mundo fueron consideradas poco influyentes, lograron gracias a Dios un impacto tremendo y muy bueno. ¡No te obsesiones con las cifras!
Y recuerda también: Ora para no caer en la tentación tan suculenta pero insatisfactoria e inútil, de compararte con los demás innecesariamente. Jesús te dice “¿A ti qué? Tú sígueme a mí” (cf. Juan 21:23).
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5. Aprende que el entretenimiento no lo es todo.
Hay millones de razones por las cuales Pablo le escribió al joven Timoteo “… ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza” (1 Timoteo 4:13) en vez de escribirle “dedícate a hacer actividades divertidas en las reuniones de la iglesia”.
¿No has notado cómo muchos líderes y “pastores” de jóvenes tratan a los jóvenes a quienes lideran como si ellos fuesen idiotas, dándoles demasiado entretenimiento?
Hoy tenemos a mucho “líder cristiano” más interesado en entretener que en edificar, más interesado en ser “cool” que en ser bíblico, más interesado en poner su opinión y lo popular para los jóvenes por encima de la Biblia, que liderar conforme a la Biblia.
Por amor a Dios y a las personas, no seas esa clase de líder. Las personas necesitan conocer la verdad, no algo que se parezca a la verdad y mucho menos mero entretenimiento.
No está mal querer ser ameno y de vez en cuando hacer reír a las personas, pero como líderes cristianos debemos tener muy claro que la Palabra de Dios es primero.
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6. Estar metido en actividades de la iglesia local no significa hacer la voluntad de Dios.
“El mayor rival de la verdadera devoción a Jesús es el servicio que realizamos para Él. Resulta más fácil servir que derramarle nuestras vidas completamente a Jesús” — Oswald Chambers.
Necesitamos entender que Dios es más importante que todo lo que podamos hacer, y que estar en un montón de actividades no siempre es usar el tiempo sabiamente.
Son muchos los líderes de jóvenes que por andar “sirviendo” al Señor son malos estudiantes, estropean sus relaciones son sus padres, son irresponsables en tareas laborales y así no dan buen testimonio, y lo que es peor, descuidan conocer al Señor a quien tanto le “sirven”.
Ofendemos a Dios al hablar o pretender servir cuando deberíamos estar escuchándolo. Al estar afanados en “la obra del Señor” cuando deberíamos estar orando y aprendiendo. Al “vivir para Dios” públicamente y no en lo privado y auténtico, y tampoco en el día a día siendo la luz del mundo.
La verdad es que lo que más importa no es cuanto haces para Dios, sino cuanto Dios ha hecho por ti.
7. Busca ser bíblicamente correcto en todo.
“El que hace errar a los rectos por el mal camino, él caerá en su misma fosa, mas los perfectos heredarán el bien” (Proverbios 28:10).
Es preocupante que la mayoría de los líderes de jóvenes en Latinoamérica no tengan un conocimiento muy claro de lo que dice realmente la Palabra de Dios. Entonces predican cosas como si fuesen la Palabra de Dios, cuando en realidad no lo son.
Dios no es glorificado cuando tomamos Su Palabra ligeramente. Recuerda, el amor se goza en la verdad (1 Corintios 13:6). Si somos cristianos, debemos buscar hablar y actuar cada día más conforme a la Palabra de Dios. Esa es una prueba de que en verdad hemos sido salvos.
Cuando no nos tomamos en serio la Palabra de Dios, estamos diciendo que Él no importa y que lo que Él ha hablado no es gran cosa. Por eso vivir y hablar conforme a la Palabra de Dios lo glorifica; habla de su grandeza. No se trata de cómo (creemos que) podemos servir, hablar, y hacer muchas cosas, sino de cómo Él ha dicho que quiere que lo hagamos.
“Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén” (1 Pedro 4:11)
Yo diría que esta última advertencia es la más importante de todas, ya que tienes implicaciones para cada área de nuestras vidas. Buscar ser bíblicos afecta desde cómo oramos, hasta como evangelizamos, como amamos a las personas y cómo vivimos todos los días.
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Hay muchas más advertencias que decir a los líderes de jóvenes, pero creo que estas siete que he mencionado hoy son particularmente llamativas.
¿Qué otra advertencia añadirías tú? Te invito a escribirlas en un comentario abajo.
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