A veces menospreciamos las cosas pequeñas. Pensamos que las películas o libros largos son mejores, por ejemplo. Pero en realidad, la calidad de un libro no se mide por anchura o número de páginas, sino según su contenido.
El apóstol Pablo escribe que “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:16-17).
Eso incluye a 2da de Juan, una carta de amor olvidada. Su lugar casi al final de la Biblia no significa que sea insignificante en comparación a las otras epístolas. Creo que si más personas la leyeran, cientos de miles de congregaciones que dicen ser cristianas serían distintas.
Estas son, de forma resumida, algunas de las lecciones que podemos aprender de esta pequeña carta (solo contiene trece versículos), que tienen muchas aplicaciones para nuestras vidas. Te animo a meditar en estas verdades y a adentrarte más en esta grandiosa epístola.