«Cree en Jesús y todos tus problemas se solucionarán. Él quiere para ti tu mejor vida ahora mismo». ¿Cuántas veces no hemos escuchado algo así?
Sin embargo, si has caminado con Jesús por más de una semana en tu vida, ya sabes que esta idea común es tan falsa como los efectos especiales de Sharknado.
La vida cristiana está marcada por pruebas y desafíos que Dios orquesta. Él nunca ha tenido a un hijo que no haya tenido que atravesar por pruebas con tal de hacer la voluntad de Dios.
¿Por qué esto es así? Porque las pruebas revelan nuestro corazón y son oportunidades únicas para adorar a Dios con más intensidad, conociendo de primera mano y de manera especial Su suficiencia para nuestras vidas.
Las pruebas no son una materia opcional para graduarte con una corona de gloria al final de tu caminar espiritual en la tierra. En cambio, son una materia requerida.
Por lo tanto, la pregunta cuando se trata de las pruebas no es si ellas vendrán o no a nosotros (puede que cuando leas esto ya te encuentres en una prueba). La pregunta es: ¿Cómo vas a responder a ellas? Es decir, ¿cómo crecerás espiritualmente en medio del fuego?