«Él librará al indigente que pide auxilio, y al pobre que no tiene quien lo ayude. Se compadecerá del desvalido y del necesitado, y a los menesterosos les salvará la vida. Los librará de la opresión y la violencia, porque considera valiosa su vida» (Salmo 72 :12-14 NVI).
Cada vez que un nuevo gobernante llega al poder, en cualquier país, hay mucha expectativa: ¿será un gobernante justo?, ¿cumplirá sus promesas de prosperidad?, ¿sus políticas y decisiones promoverán el florecimiento de todo el país, o solo beneficiarán a los corruptos?, ¿cómo tratará a los pobres y desamparados?, ¿ayudará a los afligidos y necesitados?