Siempre he encontrado interesante la forma en que grandes teólogos y predicadores de la iglesia han hablado de las doctrinas de la gracia, también llamadas los “cinco puntos del calvinismo”.
Contrario a lo que algunas personas suelen pensar o decir, estas doctrinas no apagan el evangelismo, sino que lo avivan, como vemos ejemplificado en los ministerios de Charles Spurgeon (conocido como el Príncipe de los predicadores) y George Whitefield (el mayor evangelista desde los tiempos apostólicos).