A veces menospreciamos las cosas pequeñas. Pensamos que las películas o libros largos son mejores, por ejemplo. Pero en realidad, la calidad de un libro no se mide por anchura o número de páginas, sino según su contenido.
El apóstol Pablo escribe que “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:16-17).
Eso incluye a 2da de Juan, una carta de amor olvidada. Su lugar casi al final de la Biblia no significa que sea insignificante en comparación a las otras epístolas. Creo que si más personas la leyeran, cientos de miles de congregaciones que dicen ser cristianas serían distintas.
Estas son, de forma resumida, algunas de las lecciones que podemos aprender de esta pequeña carta (solo contiene trece versículos), que tienen muchas aplicaciones para nuestras vidas. Te animo a meditar en estas verdades y a adentrarte más en esta grandiosa epístola.
1. Hemos sido escogidos por Dios (¡Asombrosa gracia!).
“El anciano a la señora elegida y a sus hijos, a quienes yo amo en la verdad; y no sólo yo, sino también todos los que han conocido la verdad, a causa de la verdad que permanece en nosotros, y estará para siempre con nosotros: Sea con vosotros gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo, Hijo del Padre, en verdad y en amor” (1-2, énfasis añadidos).
A lo largo la Biblia está la enseñanza irrefutable de que hemos sido escogidos por Dios, no por un mérito nuestro de algún tipo, sino por designio de Su propia voluntad, para Sus propósitos. Esta enseñanza es controversial (y si eres escéptico ante ella te animo a leer estas cortas palabra de Spurgeon).
Aquí el apóstol nos recuerda de nuevo que hemos sido escogidos por Dios. ¿Y para qué nos ha escogido? Entre muchas cosas, para que amemos por causa de la verdad; y esa verdad es Jesús (Juan 14:6).
De allí la siguiente lección.
2. Los cristianos caminan en la verdad y en amor.
“Mucho me regocijé porque he hallado a algunos de tus hijos andando en la verdad, conforme al mandamiento que recibimos del Padre. Y ahora te ruego, señora, no como escribiéndote un nuevo mandamiento, sino el que hemos tenido desde el principio, que nos amemos unos a otros. Y éste es el amor, que andemos según sus mandamientos. Éste es el mandamiento: que andéis en amor, como vosotros habéis oído desde el principio” (3-6).
Es imposible amar cada día más a Dios (y por tanto a las personas) sin buscar obedecerlo cada día más en agradecimiento a Su inmenso amor.
No es algo nuevo. No es física nuclear. No es algo complicado. Es la sencilla pero potente verdad de que cuanto más conozcamos cuanto le costó a Dios perdonarnos y cuanto nos ama, más vamos a vivir con gozo, ser agradecidos con Él y amar a las personas.
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3. El amor está alerta.
“Porque muchos engañadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es el engañador y el anticristo. Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino que recibáis galardón completo”. (7-8)
Debemos motivarnos a andar en amor… “porque muchos engañadores han salido por el mundo”. ¿Lo ves? Juan hace una clara conexión entre amar y procurar estar firme doctrinalmente; firme en la verdad.
El amor obedece a Dios y hace uso de discernimiento. Sin excepción, y es que el amor se goza en la verdad (1 Corintios 13:6).
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4. Alguien que se extravía nunca tuvo a Cristo.
“Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo”. (9)
¿Es posible extraviarnos de forma definitiva? Solo si nunca tuvimos a Cristo. En otras palabras, la salvación no se pierde. Este texto es demasiado claro.
Entonces, ¿por qué las advertencias como la de los versículos anteriores a cuidarnos de las mentiras y no desviarnos?
A eso respondo con otra pregunta:
¿Y qué si Dios usa sus advertencias y promesas (“Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino que recibáis galardón completo”) para nuestra preservación y, por tanto, para hacernos perseverar en la fe y que no nos desviemos?
Podemos tener la certeza de que Dios terminará lo que empezó en nosotros si Él empezó algo en nosotros (Filipenses 1:6). Y eso debe llenarnos de gozo (cf. Filipenses 1:3-5).
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4. Alguien que ama no es cómplice de la mentira.
“Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido! Porque el que le dice: ¡Bienvenido! participa en sus malas obras” (10-11).
Esto es relevante hoy porque tenemos a un montón de gente que dice ser cristiana, pero apoya la falsa doctrina y se asocia con falsos maestros y falsos cristianos en la expansión de la mentira.
Como podemos deducir de lo que hemos visto, alguien que no ama es alguien que no conoce realmente la verdad, y alguien que ama es alguien que es celoso de la verdad. Puedes tener celo por la verdad sin amar, pero no puedes amar sin tener celo por la verdad (1 Corintios 13:6).
Todo cristiano ama la verdad y buscar ser cuidadoso de no aceptar y/o promover falsas enseñanzas, por amor y agradecimiento a Su Salvador.
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6. El amor dedica tiempo.
“Tengo muchas cosas que escribiros, pero no he querido hacerlo por medio de papel y tinta, pues espero ir a vosotros y hablar cara a cara, para que nuestro gozo sea cumplido.
Los hijos de tu hermana, la elegida, te saludan. Amén” (12-13).
Juan escribe esta carta para advertir a esta señora elegida (una iglesia) de las falsas enseñanzas y los falsos maestros. Pero Él no solo se conforma por escribir.
Él ama a esta señora gracias a la verdad. Él quiere hablar con ella cara a cara, para que gozo de esas personas sea cumplido. Esto es, para que conozcan más y más la verdad y se mantengan firmes en la fe, ya que la verdad del evangelio es la fuente de nuestro gozo.
Amar al prójimo tiene que ver con dedicarle tiempo y estar allí para ellos, para guiarlos a la verdad y guiarlos a conocer más a Dios.
¿Ves que esta corta carta no es una carta cualquiera? Te animo a meditarla y leerla más detenidamente.