Veo la petición de oración en el grupo de WhatsApp de mi grupo pequeño en la iglesia. Un amigo está en una circunstancia difícil. Abre su corazón en un mensaje y pide que oremos por él y su familia. Deseo orar por eso y dar mi apoyo. Entonces me uno a las voces virtuales en el grupo que dicen que estarán orando y dejo un emoji 🙏🏻.
A una parte de mí le gustaría que pensaras que luego de mi respuesta en el chat, siempre voy a orar a mi habitación, o donde sea que yo esté, por al menos más de cinco segundos. Pero la verdad es que no soy un tipo tan espiritual todavía.
Muchas veces el emoji es toda mi oración, incluso cuando yo quisiera orar más (cp. Ro 7:15). Para ser honestos, ¿no es así como expresamos nuestra oración en Internet la mayoría de las veces en una cultura tan superficial como la nuestra?