Pocas bendiciones en la vida cristiana son más grandes que poder cultivar amistades edificantes.
Necesitamos a personas en nuestras vidas con las cuales caminar juntamente la carrera de la fe para la gloria de Dios. Personas que nos confronten cuando hemos pecado y nos animen a perseverar en la gracia. Personas a las cuales también podamos ayudar a abundar en fruto y gozarse en el Señor sobre todas las cosas.
Sin embargo, no todos los creyentes disfrutan de esta bendición. ¿Cómo podemos cultivar amistades edificantes? Estos son algunos consejos breves que pueden ayudarte: