Por mucho tiempo presumí creer el evangelio, pero no era así. Me habían predicado mensajes sobresimplificados, distorsionados y centrados en el hombre. El Jesús en el que yo creía, sencillamente no era el Jesús de la Biblia. Pero, por la gracia de Dios, en Su Palabra conocí la verdad y vi que es importante.
Hablando de libros I
Leer es una de las cosas que más hago y disfruto. En especial cuando se trata de libros que me retan de diversas maneras, me ayudan a entender mejor la creación y la Palabra de Dios, y estimulan mi pensamiento para la gloria del Señor.
Pensando en eso, espero publicar cada tres meses una entrada en mi blog con comentarios breves sobre los libros más fascinantes o importantes que haya leído recientemente.
Esto fue lo más destacado (aparte de la Biblia) durante enero-marzo 2019:
Exultación expositiva: la predicación cristiana como adoración, de John Piper. Es evidente en sus páginas la sabiduría adquirida por el autor luego de más de 40 años de predicación. Como un predicador joven con mucho por seguir aprendiendo y aplicando, sé que volveré a este libro muchas veces. Es una joya que no debe faltar en la biblioteca de todo líder, estudiante, pastor, y predicador. Espera pronto mi reseña completa de este libro en TGC: Coalición.
El problema de mi obsesión con la productividad
Las personas que me conocen de cerca saben cuáles son mis mayores pasiones: la teología, la apologética… y la productividad. Creo que he perdido la cuenta de cuántos libros sobre productividad he leído en los últimos cinco años. Pocas cosas me emocionan más que hablar sobre el tema. Sin embargo, hasta hace relativamente poco, no podía ver que algo en mi práctica de la productividad no estaba bien.
Buscaba aplicar los mejores hacks que leía en libros de gurús sobre el tema. Pero esos trucos por sí solos no eran suficientes. Si, por ejemplo, borraba del teléfono una app de social media para distraerme menos, igual me distraía más tiempo frente a la laptop.
En lo más profundo de mi ser, hay pasiones que sencillamente me impiden ser productivo. Me hacen distraído e ineficiente en las cosas que más me importan, incluyendo ser productivo para la gloria de Dios. “Miserable de mí, ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?”.
¿Deben los cristianos en Venezuela hablar contra la tiranía?
No soy el creyente más conocido de Venezuela. Tampoco pastoreo una iglesia, aunque enseño y predico en congregaciones, procuro prepararme para el ministerio, y por la gracia de Dios muchos me conocen por mi servicio a la iglesia por medio de mis escritos. Sin embargo, debido a que percibo una falta de más voces influyentes en mi país que promuevan la sana doctrina, luego de mucha oración quisiera ofrecer aquí mi respuesta a la pregunta del título de este escrito esperando ser de ayuda para alguien. Si crees que lo que diré a continuación no tiene sentido o no va acorde a la Biblia, por favor ignoralo y no pierdas tu tiempo en esto.
Al hablar sobre si los cristianos en Venezuela debemos expresarnos contra la tiranía, necesitamos tener esto muy claro: nuestro llamado principal no es hablar de política. Nuestro llamado principal es predicar el evangelio y hacer discípulos (Mt. 28:20). No obstante, en el país se hace cada vez más evidente que las iglesias que no se expresan en sus localidades contra la maldad tienen cero credibilidad al predicar a Cristo.
Cómo el evangelio redefine nuestra productividad
Dios está interesado en tu productividad.
Pablo, guiado por el Espíritu, nos exhorta a usar el tiempo de la mejor manera (Ef. 5:15-16); Jesús nos enseña que debemos tener nuestras prioridades bien definidas según la voluntad de Dios (Lc. 10:41-42); el Padre es glorificado en que demos mucho fruto y seamos mayordomos fieles (Jn. 15:8; Mt. 25:21,26). “Porque somos hechura Suya, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas” (Ef. 2:10).
Los reformadores protestantes entendieron esto bien. Ellos hablaban de vivir y hacer todas las cosas para la gloria del Señor (1 Co. 10:31; Ro. 11:36). Somos llamados a vivir Coram Deo, en la presencia de Dios. Pero en la iglesia de hoy, ¿no es cierto que a veces no entendemos cómo el evangelio redefine nuestra productividad?
Cómo arruinar una nueva reforma en la iglesia
¿En qué piensas cuando escuchas la palabra “puritanismo»?[1]
Tal vez compartas la definición del periodista H. L. Mencken. Él resumió décadas atrás la idea popular sobre el puritanismo diciendo que era “el miedo inquietante de que alguien, en alguna parte, pueda ser feliz”.[2]
El término “puritano” comenzó a usarse en el siglo XVI para referirse a aquellos hombres que consideraban incompletas las reformas protestantes en Inglaterra y querían una mayor purificación de la iglesia y la nación. Era un término difamatorio. Traduce la palabra latín catharus, un título dado a los herejes medievales.[3]
La imagen que hoy las personas suelen tener del puritanismo quedó sellada en nuestra cultura cuando ellos por fin llegaron al parlamento británico en el siglo XVII. Como señala el historiador Michael Reeves:
“Lo principal… que comenzó a volver a las personas contra el gobierno puritano fue su intento de imponer un comportamiento cristiano estricto en una nación… Los ciudadanos comunes, independientemente de su estado espiritual, se vieron obligados a vivir como si fueran ‘piadosos’, y ellos no podían soportarlo. Fue una experiencia que acabaría con el puritanismo en la mente inglesa, y la gente comenzó a anhelar la vida más fácil de un gobierno ‘feliz’”.[4]
Muchos puritanos trataron de imponer un carácter cristiano sobre la sociedad y eso los hizo odiables. Al oponerse a cierta clase de religión superficial (la del “protestantismo” de la reina Isabel y los reyes que vinieron luego de ella), quisieron imponer su propia versión de una religión superficial. Esto desvirtuó su reforma a los ojos del mundo.
Cómo leer más libros edificantes
Algunas personas me han preguntado cómo leer más libros, así que pensé que sería bueno publicar este artículo con seis consejos.
1. Escoge buenos libros. Es difícil formar el hábito de la lectura si lo que lees no estimula tu imaginación o pensamiento de maneras edificantes y satisfactorias para tu alma. Aquí hay algunos libros que recomiendo para todo cristiano. Te volarán la cabeza.
2. Dile adiós a Netflix y a tu televisor. Esto es útil al buscar aprovechar el tiempo aprendiendo o divirtiéndote con cosas mejores. Debes saber que todo lo que producen las empresas de streaming y ves en la tele está diseñado para engancharte y disminuir tanto tu descanso verdadero (El CEO que Netflix dice que el sueño de los usuarios es la competencia de la empresa) como tu productividad. Ya tienes tiempo para leer más. Solo tienes que dejar de gastarlo en redes sociales, televisión, y Netflix.
6 razones para leer buenas biografías cristianas
“No conozco un tónico mayor para mí en mi vida cristiana que leer las vidas de los santos. Te lo recomiendo. Nunca puedes leer demasiado de esa literatura. Lee acerca de hombres como David Brainerd, Jonathan Edwards, Henry Martyn, Robert Murray M’Cheyne, o cualquiera de estos santos de Dios. Oh, vayan tras ellos, mis amigos”
— Martyn Lloyd-Jones.
En los últimos meses se ha desarrollado una afición en mí por leer biografías cristianas. He visto cómo las vidas de hombres piadosos que caminaron en íntima comunión con el Señor nos brindan teología viva para nuestras vidas hoy.
Si no has leído buenas biografías cristianas (¡es importante que sean realmente buenas!), aquí comparto seis razones para que lo hagas: