“La iglesia nos pide que al entrar en ella nos quitemos el sombrero, no la cabeza”
— G. K. Chesterton.
Tristemente, a muchas personas las han programado en sus “iglesias” para nunca leer la Biblia para ver si lo que enseñan sus líderes es cierto. Esto se nota a menudo en círculos carismáticos/pentecostales.
Los “pastores” mediocres usan varios métodos para lograr esto. Métodos que van desde sacar versículos de contexto, pasando por lo simplista de decir “repite conmigo…” cada 5 minutos desde el púlpito para que la congregación repita algo como una orquesta de loros, hasta la aplicación de “disciplina” y regaños a quienes se hacen preguntas sobre las cosas que se predican.
A quienes se hacen preguntas y quieren tomarse la Biblia en serio, los que respetan más la Palabra de Dios que la “visión” del “pastor”, los disciplinan, los sacan de la congregación, o poco a poco los presionan para que se vayan, para que no “confundan” a gente de la congregación y les arruine el negocio (económico y social) a estos “pastores”.
El mundo y las ovejas robóticas.
Pareciera que miles de supuestas iglesias cristianas en Latinoamérica no son iglesias genuinas, sino sectas donde, para formar parte de ellas, tienes que apagar tus neuronas y aceptar lo que te enseñen sin examinar nada a la luz de la Palabra. Y muchas personas se aprovechan de esto para atacar al verdadero cristianismo.
Parte del mundo cree que los cristianos son como robots sin criterio propio porque muchas personas que se hacen llamar cristianas actúan así. Los ateos y críticos del cristianismo disfrutan hacer leña de las “ovejas robóticas” porque ellas son una mala y falsa carta de presentación del evangelio a la sociedad.
De hecho, es llamativo que a veces gente que no es cristiana tenga más sentido común que multitudes que profesan ser de Cristo, y se den cuenta cuando un predicador famoso es un falso maestro que quiere lucrar con el evangelio.
Es triste ver, por ejemplo, cómo cuando un hombre de Dios valiente y con la Biblia en la mano denuncia las herejías de un falso maestro, se levanta un ejército de ovejas robóticas a defender a ese falso maestro diciendo “¡No juzgues! ¡No toques al ungido!”
Eso es lamentable porque Dios quiere que lo amemos con toda nuestra mente porque en Él está todo lo que necesitamos (Mateo 22:37), no que apaguemos nuestros cerebros.
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Cristianismo robótico es cristianismo sin Cristo.
Un pastor interesado en adoctrinar a la gente según su “visión” y tener un imperio personal de seguidores, y no en dirigir a las personas a Cristo y tomarse la Palabra de Dios en serio, es un pastor que nunca fue encomendado por Dios. Su ministerio es un ministerio sin Cristo. Los “pastores” así son idólatras; se idolatran a ellos mismos al creer que sus palabras son mejores que las de Dios, y necesitan sentir poder sobre la gente.
Por otro lado, alguien que profesa ser cristiano pero da más valor a lo dicho por hombres que a lo dicho por Dios, no analiza las cosas ante la Biblia y no busca entender realmente la voluntad de Dios, tiene buenas razones para preguntarse: “¿Realmente soy de Cristo?”
Puedes tener celo por la verdad sin ser cristiano, pero no puedes ser cristiano sin tener celo por la verdad. La verdad es un asunto serio. Un cristiano ama la verdad y se goza en ella; aborrece la mentira (cf. 1 Corintios 13:6). Entonces, ¿por qué tanta gente que dice seguir a Cristo no tiene celo por la verdad?
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Una iglesia de ovejas para la Gloria de Dios.
Dios quiere que fundamentemos nuestras vidas sobre Su palabra porque sólo Él puede satisfacer nuestra sed de Él, y no sobre las palabras de los hombres. Hacer lo segundo es como construir un casa en la arena (Mateo 7:24-27).
Para eso es necesario que con la Biblia en mano, no seamos como ovejas robóticas que caminan a la perdición mientras creen ir al cielo, sino ovejas que quieran obedecer a Dios más que a los hombres. Seamos como los bereanos que, cuando se les predicaba, analizaban todo para ver si lo que escuchaban estaba acorde a las Escrituras (Hechos 17:10-11).
Está mal que nunca tengamos preguntas, que nunca examinemos lo que digan las personas que nos enseñan y andemos ciegos. Está mal ser robot en vez de ser oveja. Cristianismo robótico no es cristianismo.
Demos gracias a Dios por los pastores y líderes encomendados por Dios, y que saben esto y aman realmente a la iglesia.