Si quieres entender la Biblia, no hay mejor punto de partida que Romanos 3:21-26.
Este es sencillamente el párrafo más importante en la Escritura. En ningún otro texto bíblico tenemos el evangelio explicado con tanta claridad y precisión.
Enfocado en Cristo
Si quieres entender la Biblia, no hay mejor punto de partida que Romanos 3:21-26.
Este es sencillamente el párrafo más importante en la Escritura. En ningún otro texto bíblico tenemos el evangelio explicado con tanta claridad y precisión.
Seguro has escuchado la historia de un niño prometido que venció a un malvado señor serpiente conforme a una profecía. El enemigo trató de evitar este desenlace e incluso planificó matar al niño cuando era bebé, pero el niño logró crecer como fue prometido. Y cuando llegó la hora del enfrentamiento final, él venció al maligno por medio del acto de amor más grande: dando su vida por sus amigos. Cuando parecía que sería su fin, logró levantarse de entre los muertos para así disfrutar la victoria que obtuvo sobre el mal.
Es la historia de Harry Potter, una de las sagas de libros más influyentes y vendidas de las últimas décadas. Pero lo mismo podría decirse del evangelio ¿no es cierto? De hecho, la saga de Rowling está llena de “ecos” del evangelio. Piensa por ejemplo en La cámara secreta: el héroe de la historia desciende a las profundidades más bajas para rescatar a su novia aplastando la cabeza de una serpiente, aunque llegó a ser herido por su veneno.
No digo que los libros de Harry Potter son cristianos, ni que la autora de ellos es un ejemplo para nosotros. Pero creo que el “préstamo” que tomó J.K. Rowling de la narrativa del evangelio está en el corazón del atractivo de la saga, solo que muchos no están conscientes de esta realidad.
¿Cómo luce la madurez espiritual? Hay mucho para hablar al respecto, pero en la Palabra de Dios es claro que ser un cristiano maduro en la fe es más que solo conocer mucha Biblia.
La madurez espiritual se trata de que cada día seamos más como nuestro Señor (Ro. 8:29; Gá. 4:19; 2 Co. 3:18).
La Biblia nos muestra en incontables pasajes cómo debemos vivir quienes hemos creído el evangelio y entregado nuestras vidas a Dios. Estas son tan solo 10 señales de madurez espiritual que deseo ver crecer en mi vida y te animo a procurar en dependencia del Señor, pues no podemos dar fruto genuino sin estar unidos a Él (Jn. 15:5).
1) La madurez espiritual se evidencia en el gozo por la esperanza que tenemos (1 Pe 1:6-8). Una marca segura de crecimiento en el Señor es que nuestro mayor gozo está cada día más en la herencia que Él nos promete, no en cualquier otra cosa en este mundo por más buena que sea en sí misma.
Los últimos meses han sido de cambios grandes para mi esposa y para mí.
Esto ha afectado la frecuencia con que publico en el blog. Luego de orar y conversar con Ari, decidí escribir una actualización personal sobre dónde estamos, qué ha ocurrido recientemente, y algunos de los planes por los que estamos orando.
Para empezar, el cambio más grande: ¡Ya tenemos casi cinco meses viviendo en Argentina!
En mi experiencia, una de las tentaciones más fuertes que puede sentir un creyente que la está pasando mal es la tentación a la autocompasión: sentir lástima por uno mismo cuando nuestras circunstancias son adversas. “Pobrecito yo…”.
Hablar constantemente de nuestras dificultades, hundidos en autocompasión, es una forma de vivir centrados en nosotros mismos. ¿Por qué? Porque no estamos viendo el panorama más amplio la realidad, no importa cuan espirituales creamos ser.
En la autocompasión, no tenemos la mirada puesta en Dios sino en nuestros problemas, nuestro dolor, nuestra desesperación. Es egocéntrico y se trata de una forma de orgullo. Cuando estamos centrados en nosotros mismos y nuestras circunstancias, actuamos y hablamos como si fuésemos el centro del mundo, como si todos deberían saber lo mal que la estamos pasando, y —esto es lo más importante— como si Dios no fuese suficiente.
Imagina que eres cristiano y quieres leer la Biblia en un año. Entonces abres Génesis el primero de enero y empiezas a leer un poco todos los días siguiendo algún plan que trae tu Biblia o viste en Internet. Cuando pasas un par de días sin leer, procuras ponerte al día.
Cuando llegas a Éxodo, ya estás un poco agotado y perturbado por algunas cosas que no entendiste leyendo Génesis (¡¿Qué pasaba por las mentes de las hijas de Lot!?). Y cuando llegas a Levítico, se te hace más difícil seguir la lectura y sientes que no lo vas a lograr. Luego de unos días en los que se te olvidó leer, abandonas tu plan. Y cuando luego ves tu Biblia, tratas de ahogar la sensación de que tal vez no eres un buen cristiano después de todo.
Quizá pienses que esto suena muy familiar. Tal vez no tienes que imaginarlo porque te ha sucedido. Sabes que empezar a leer la Biblia en enero es fácil. Lo verdaderamente difícil para muchos ni siquiera es llegar a diciembre, es llegar a febrero.
La vida cristiana es un viaje hacia un conocimiento más profundo de nuestro Señor. Un viaje que nunca tendrá fin, porque en eso consiste la vida eterna (Jn. 17:3).
Doy muchas gracias al Señor porque ha sido extremadamente paciente conmigo en el presente, y también en el pasado cuando habían muchas cosas que no entendía. Sin embargo, ¡cuánto me hubiese ayudado saber sobre ellas!
Pensando en eso, escribí esta lista de 10 cosas que desearía haber sabido cuando empecé a seguir a Jesús. Tener esta lista me ayuda en el discipulado a otros recordándome ser explícito con ciertas verdades que, cuando comencé a ser discipulado, no me fueron explicadas.
Recuerdo cuando hace unos años empezamos a conocer el poder de las redes sociales. Muchos creyentes y ministerios comenzaron a considerar el potencial de ellas para alcanzar a los perdidos con el evangelio, incluso señalando algunos casos de éxito.
El argumento es sencillo y podemos parafrasearlo así: “Las redes sociales son una excelente forma de alcanzar a los inconversos porque nos permiten llegar a dónde ellos están y captar la atención de ellos en Internet. ¿Puedes imaginar lo que Pablo hubiese podido hacer con las redes sociales? Seguro las hubiese usado en su evangelismo. Podemos alcanzar a nuevas personas como nunca antes lo hemos hecho, con relativamente poco esfuerzo en comparación a otras formas de evangelismo, gracias a esta tecnología”.
Aprecio el deseo en muchas personas de aprovechar todo medio legítimo para dar a conocer a Cristo. Pero a estas alturas del desarrollo de la industria de las redes sociales, el tiempo ha demostrado que las redes sociales no son el mejor lugar para evangelizar.
Es hora de entender esto si queremos ser productivos al usar las redes sociales en nuestra búsqueda por cumplir la gran comisión. Las redes sociales tienen ciertos límites muy importantes en su utilidad en el evangelismo. Hay mucho que podríamos hablar al respecto, pero para ser concisos, considera al menos las siguientes dos verdades.