Cuídense de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de otra manera no tendrán recompensa de su Padre que está en los cielos (Mateo 6:1).
Hoy es más fácil que nunca señalar nuestra propia virtud ante el mundo. Por ejemplo, podemos hacer esto de varias formas en las redes sociales, ya sea maquillando la imagen que proyectamos frente a los demás, expresando nuestra indignación («¡Miren lo molesto que estoy ante esta situación mientras otros son indiferentes!») o señalando los pecados de otros para exhibirnos como superiores moralmente. En nuestra cultura somos invitados a promocionarnos si queremos alcanzar el éxito según lo define este mundo. Una forma atractiva de buscarlo es destacando nuestra justicia delante de los hombres, resaltando las cosas buenas y piadosas que hacemos.
Así que las palabras de Jesús citadas arribas parecen más relevantes que nunca para el creyente. El Señor nos llama a no buscar las recompensas que otros puedan darnos cuando exhibimos nuestra justicia. Esto no significa que sea malo en sí mismo que otros vean nuestras buenas obras, pues somos la luz del mundo, como Jesús dijo antes en el sermón del monte. Nuestra piedad debe ser puesta en práctica con el deseo de que otros conozcan y adoren a Dios.