Si de esta pandemia y crisis global no salimos más fervientes en oración, entonces habremos desaprovechado esta oportunidad para crecer más a imagen de Cristo.
Esta es una de las convicciones más importantes que Dios ha puesto en mi corazón en los últimos meses. La pandemia cambió nuestras vidas. El dolor y la frustración golpearon con dureza nuestras puertas. Los últimos dos años serán inolvidables para muchos de nosotros mientras vivamos, pero en el peor sentido de la palabra. ¿Cómo afrontar entonces el 2022?
Necesitamos aprender que solo Dios es soberano (incluso sobre la pandemia) orquestando todo para nuestro mayor bien (Ro 8:28). Dependemos completamente de Él. La única forma de permanecer firmes en medio de la tormenta mientras abundamos en fruto es permaneciendo unidos a la vid que es Jesús (Jn 15:5).
Nuestra mayor necesidad, sin importar cuáles sean nuestras circunstancias, siempre será conocer cada día más a Dios y descansar en Él. La buena noticia del evangelio es que Jesús, el unigénito del Padre, es nuestro camino —dado por gracia— para venir a Él (Jn 14:6). Solo unidos a Cristo podemos llamar a Dios como Jesús lo llama: Padre (Jn 1:12-13; Ro 8:15-16). Solo gracias al evangelio podemos gozar de comunión con Dios, una que nos da fortaleza para enfrentar con confianza y deleite en Él todos los retos que vayamos a experimentar durante un año más en un mundo caído.
Por lo tanto, es importante que perseveremos en la Palabra (aquí tienes algunos consejos para leer más la Biblia este año) y en la oración, entendiendo que estar en la presencia de Dios es el privilegio más grande del cristiano y una de nuestras mayores necesidades.
Pensando en esto último, a continuación quisiera compartir contigo tres consejos para orar más durante este nuevo año.