La doctrina del Espíritu Santo suele causar confusión en la iglesia evangélica, pero cada día estoy más convencido de que no debería ser así.
Este es mi intento de resumir lo que todo cristiano necesita saber saber sobre el Espíritu.
Enfocado en Cristo
La doctrina del Espíritu Santo suele causar confusión en la iglesia evangélica, pero cada día estoy más convencido de que no debería ser así.
Este es mi intento de resumir lo que todo cristiano necesita saber saber sobre el Espíritu.
¿Sabes cómo leer la Biblia?
En las mismas Escrituras, Dios nos instruye directamente sobre cómo estar ante Su Palabra, dándonos principios para eso. Incluso podemos leer de hombres que, aunque no tenían la Biblia completa, son usados por Dios para mostrarnos cómo debemos y necesitamos leerla:
Una de las resoluciones de Jonathan Edwards durante su vida fue la siguiente: “Resuelvo pensar mucho… acerca de mi muerte, y estar atento a todas las circunstancias que van a ligadas a esa realidad”.
Una resolución así puede parecer extraña para la mayoría de las personas hoy, pero día a día compruebo cuan importante es pensar en cómo terminaremos nuestra carrera en la fe. Cuatro sucesos han sido orquestados por Dios en los últimos meses para llevarme a pensar en el final de mi vida.
Hay mucho por conocer en la Palabra de Dios. Y hay mucho que seguir aprendiendo sobre profundizar (estudiar) en la Palabra de Dios.
Me gustaría compartir contigo tres lecciones sobre profundizar en la Biblia; lecciones que no dejan de impactarme y en las que he estado meditando mucho durante los últimos meses.
¿Alguna vez te has preguntado porqué somos infelices, a pesar de que somos cristianos? Déjame explicar a qué me refiero.
Si eres un creyente genuino, sabes que Dios muestra Su amor para con nosotros en que Cristo murió por nosotros (Rom. 5:8). No tenemos razones para temer del futuro o sentirnos solos. Dios nos ha dado promesas magníficas a lo largo de toda Su Palabra y ha demostrado cuan fiel es Él.
Y sin embargo, muchas veces no nos emocionamos ante esto como deberíamos, ¿no es cierto? Tenemos todas las razones del mundo para ser felices, pero con frecuencia no vivimos como personas que se gozan en la fidelidad y amor de Dios. En cambio, es común ver a cristianos amargado, abatidos, deprimidos y angustiados a menudo por diversas razones. Infelices.
¿A qué se debe eso? He aprendido —y necesito recordarlo— que una gran parte de nuestra infelicidad en nuestro diario vivir se debe a que necesitamos recordar más las cosas que ya sabemos y hemos creído. En otras palabras, necesitamos predicarnos el evangelio a nosotros mismos.
“Prefiero enseñar a un hombre a orar que a diez hombres a predicar”
— Charles Spurgeon
Son muchos los cristianos a lo largo de la historia que han testificado de la importancia de la oración matutina, y creo que todo cristiano entiende que debe empezar sus mañanas buscando el rostro de Dios, conociéndolo en Su Palabra, derramando su corazón a Él en oración.
Si nuestro Señor Jesucristo oraba mientras otros dormían, ¿por qué nosotros tendríamos que hacer menos? (Marcos 1:35)
¿Por qué no dedicar al Señor de manera más plena las horas en las que estamos más alertas?
Anteriormente he hablado sobre los beneficios de tener un plan de lectura de la Biblia. También he recomendado el plan de Robert Murray M’Cheyne (es el he seguido este año).
Ahora, me gozo al recomendar Por amor a Dios: Devocional para apasionarnos por la Palabra (volúmenes 1 y 2), de D. A. Carson. He estado leyéndolo por semanas, y ha sido de mucha edificación para mí. Está diseñado como complemento al plan de M’Cheyne, y lleno de excelente enseñanza bíblica, se ha convertido en una referencia diaria para meditar y profundizar más en la Biblia.
Las personas que me siguen en Twitter saben que soy un coleccionista de frases edificantes.
Aquí una recopilación de varias que he recolectado, y que espero sean de edificación para ti:
1. “Por cada vez que te mires a ti mismo, mira diez veces a Cristo” — Robert Murray M’Cheyne.
2. «Si un hombre es capaz de predicar sermones sin Cristo, no te hagas daño a ti mismo escuchándolo» — Charles Spurgeon.
3. «Somos inmortales hasta que nuestro trabajo en la tierra esté hecho» — George Whitefield (luego de sobrevivir a un intento de asesinato).
4. «Puedes crear a una celebridad de la noche a la mañana, pero no puedes crear a un hombre de Dios de la misma manera» — Miguel Núñez.