Estoy feliz de compartir contigo esta entrevista fascinante al pastor Félix Cabrera, que sé que será de bendición para todo joven que se siente llamado al ministerio (ser misionero o pastor en alguna iglesia, enseñar, etc…).
Tal vez no habías oído antes del pastor Félix, pero él es por la gracia de Dios el pastor de la Iglesia Bautista Central (en Oklahoma, USA) y el director del ministerio de plantación de iglesias RED 1:8 Network, que trabaja en conjunto con la North American Mission Board (NAMB) de la Southern Baptist Convention, y que ha ayudado a abrir más de 20 iglesias en los últimos dos años. Si vas a asistir a la conferencia de Coalición por el Evangelio, podrás escucharlo como conferencista.
Gracias por esta entrevista, pastor Félix. Para empezar, háblenos un poco sobre cómo fue su llamado a la predicación y a la plantación de iglesias.
(Tengo entendido que Dios lo llamó a eso en medio de una carrera exitosa como gerente en Puerto Rico de varios equipos de baloncesto superior).
Gracias a ti Josué por la invitación. Un honor compartir contigo y con tus lectores. Es correcto, aunque soy hijo de un pastor y plantador de Iglesia, en mi niñez mis padres me dieron la oportunidad de participar del deporte que amábamos y de relacionarme con niños que quizás en su gran mayoría no eran cristianos.
Tuve una carrera en el baloncesto, gracias a Dios, fructífera. El baloncesto me permitió obtener becas a nivel escolar y universitario. Una lesión llegó al momento de ingresar a la universidad y Dios comenzó a cambiar el rumbo de mi vida. De jugador me convertí en reclutador de jugadores para la universidad. De allí en dirigente y luego en Gerente General de uno de los equipos de mayor tradición en la Liga Profesional de Puerto Rico y de ahí pase como Gerente de Operaciones al Programa de Equipos Nacionales.
Inmerso en esa vida deportiva, Dios me llama al ministerio en el 2005. Comencé como pastor de jóvenes, luego pastor de enseñanza y en el año 2011, luego de un año de vivir en Oklahoma City, Oklahoma, comenzamos el Ministerio Hispano en Quail Springs Baptist Church que el pasado 4 de enero se constituyó en la Iglesia Bautista Central.
Desde que comenzamos el ministerio aquí en Oklahoma City, nuestro enfoque era ser una iglesia que plantaba iglesias y por la gracia de Dios lo hemos logrado. RED 1:8 Church Planting Network es el brazo de evangelismo de nuestra iglesia que se dedica a descubrir, desarrollar y enviar plantadores de iglesias a las ciudades de mayor necesidad en Norteamérica. Adicional a esto, como iglesia hemos apoyado plantaciones de iglesias en Cuba, Haití, España y otros países.
Hay muchos jóvenes que se sienten llamados al ministerio pero no están seguros de ese llamado. ¿Qué les recomendarías a ellos?
Ministro es todo cristiano. Todos estamos llamados a servir. Si creemos en el sacerdocio de todo creyente, creemos que todo creyente ha sido dotado por Dios para servirle a Él y a los demás.
Si estamos hablando de ministerio formal o de vocación para servir a tiempo completo, debemos primeramente definir que el pastorado no es un oficio, es un llamado y el llamado lo hace Dios. Ese llamado es similar al de la salvación.
Somos salvos NO por nada que hayamos hecho sino por lo que Dios hizo a través de Su Hijo. Así que mi primer consejo al que dice sentir llamado al ministerio es que se pregunte si verdaderamente es cristiano, si ha nacido de nuevo. En el libro “Pastor Reformado”, Richard Baxter apela a que hay muchos “pastores” o “predicadores” que ni siquiera son cristianos. En lo personal, para mí es lo más importante. Por eso las palabras del apóstol Pablo en Efesios 2:1-10 son cruciales. ¿Reconoces que estabas muerto a tus delitos y pecados y que Dios te llamó a sí mismo a través de la proclamación del evangelio? ¿Entiendes lo que dice 1ra Corintios 1:9: “Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor.”?
Si el joven que se siente llamado no reconoce que fue llamado por Dios a salvación, jamás podrá confirmar que es Dios quien le está llamando al ministerio. Se puede confundir fácilmente con un sentimiento, emoción, habilidad, talento o deseo y no con un genuino llamado de parte de Dios. Juan Calvino lo dijo así: «Nadie puede ser llamado al oficio de la enseñanza excepto aquellos que de alguna manera ya han sido escogidos por Dios.»
Joven, si eres salvo y reconoces que lo eres por la única y exclusiva soberana voluntad de Dios, podrás entender que al ministerio, la única manera de entrar formalmente es por la exclusiva soberana voluntad de Dios.
Quiero dejar establecido esto porque tu pregunta es una pregunta genuina y válida. Tenemos miles de jóvenes que tienen, cómo dice el pastor Otto Sánchez, el “Síndrome del Teólogo Joven” y han confundido conocimiento con llamado. No me malinterpretes, yo estoy emocionado del ver un despertar especialmente en la juventud por las Doctrinas de la Gracia, un deseo por vivir centrados en el Evangelio y apegados a la Escritura pero ese deseo sino es confirmado como llamado por Dios y bien administrado y dirigido por un Bernabé, puede ser un arma peligrosa.
Vuelvo y lo repito, el pastorado es un llamado no un trabajo. Yo fui a la universidad a estudiar Administración de Empresas porque eso era lo que yo deseaba pero uno no escoge ser pastor. Muchos han creído que ir a un Seminario los hace pastor. Otros piensan que ver muchos mensajes de Piper, Keller, Sproul o conocer a todos los puritanos, los califica al ministerio y a la pastoral. El pastor Conrad Mbewe dice: “Ni una cabeza llena y ni una biblioteca completa son suficientes para el ministerio pastoral.”
Esa percepción errónea es una de las razones principales porque un gran número de “pastores” dejan el ministerio en los primeros 5 años como muestran algunas estadísticas. Muchos entran al ministerio con el motivo incorrecto y cuando la demanda llega, lo que saben no es suficiente.
Sé que no he contestado la pregunta pero quiero darte el panorama de lo que pasa antes de hacerle mis recomendaciones a aquellos que desean saber si Dios los está llamando al ministerio o al pastorado. Voy a compartirte lo que yo busco en un candidato a plantador de iglesias para saber si está llamado a ser pastor.
1. Lo primero que nos debemos preguntar es si cumplimos con los requisitos que el apóstol Pablo explica en 1 Timoteo 3:1-13 y en Tito 1:5-9.
El carácter y la madurez son un requisito para el ministerio y el pastorado. Algunos jóvenes son una enciclopedia: Parece que tienen el software Logos en sus cabezas pero no tienen el carácter ni la madurez para ejercer el pastorado o para hacer ministerio.
No estoy diciendo que eso los descalifica para siempre porque ambas —la madurez y el carácter— se pueden desarrollar más adelante, pero creo que un buen medidor para saber si estoy llamado y apto para el ministerio/pastorado ahora mismo, es evaluar si cumplo con los requisitos dados por el apóstol Pablo.
No obstante, si uno no cumple algunos de los requisitos expresados en Timoteo y Tito, definitivamente está descartado. Por ejemplo, debe ser apto para enseñar. Por más buen deseo que tenga de ser pastor, sino no está capacitado para enseñar es obvio que no está calificado para el ministerio pastoral.
2. Debe tener pasión por la proclamación del Evangelio pero también por servir fuera del púlpito.
Debe tener pasión por alcanzar a los perdidos y que le guste compartir con las personas. No estoy afirmando que debe ser extrovertido pero sí debe, al menos, desear establecer relaciones personales.
Muchos están fascinados con la enseñanza pero no con la tarea de ser pastor. No les gusta el evangelismo, no les gusta la consejería, le sacan el cuerpo a muchas de las tareas pastorales. Estoy consciente que la tarea más importante del pastor es la proclamación del evangelio, pero no es la única. Si yo no veo pasión en las otras áreas, para mí eso es una bandera roja.
3. Es importante ver que estén bajo autoridad y sirviendo en su iglesia local.
Usted jamás será un gran número uno si no es un buen número dos. Veo muchos jóvenes con un ímpetu en defender la sana doctrina, hablando de Eclesiología, Apologética y gastando horas defendiendo sus posturas escatológicas en las redes sociales pero no sirven en su iglesia local. Ven un papel en el piso y le pasan por el lado y no lo recogen, están totalmente desconectados de las áreas de servicio en su iglesia local. Conocen que hay hermanos dentro de la congregación en necesidad pero no son movidos a acercarse a ellos a ministrarles. No son parte del ministerio en su iglesia local, no viven ni participan del evangelismo, y sus pastores no dan fe de que tienen las manos enrolladas en su comunidad, no le comparten el Evangelio a personas de carne y hueso. Eso es grave. Aspiran a ser primeros pero no sirven a sus pastores ni a sus iglesias y mucho menos a su comunidad.
4. Busco el testimonio de los de cerca.
¿Qué piensa su esposa, hijos, padres, hermanos, pastores y/o líderes?
Si los que lo rodean, familiares y los que le pastorean le dan testimonio, le confirman que tiene llamado, es un gran medidor para saber que el joven tiene un carácter piadoso y una llama por Dios.
Uno de los requisitos que tenemos en la RED 1:8 es que la esposa tiene que llenar un cuestionario en donde el esposo no puede ver sus contestaciones. Queremos que ellas sean brutalmente honestas y nos confirmen que lo que dice el esposo es cierto. Algunos me han dicho: “soy un gran predicador, tengo mucha iniciativa, tengo pasión por los perdidos…” y la esposa en el cuestionario nos dice todo lo contrario. Es como si estuviéramos viendo a dos personas distintas.
¿Qué dicen sus pastores? Muchos jóvenes llaman, escriben y llenan nuestras solicitudes. Cuando comenzamos el proceso e indagamos con sus pastores y líderes, estos muestran evidencia contundente de que el joven tiene el deseo pero no tiene el llamado. Es importante que el llamado interno sea confirmado externamente.
5. Que sea enseñable y humilde.
Debemos ver un deseo por aprender, por la lectura, por ser mentoreado, por establecer relaciones con pastores de más experiencia. Santiago dijo que “Dios resiste a los soberbios pero da gracia a los humildes.” Una actitud de estudiante y de discípulo es importante en aquel que aspira al pastorado.
En nuestra cultura hispana se nos ha enseñado incorrectamente que los hombres no seamos expresivos, ni busquemos ayuda cuando tenemos problemas. Todos llevamos el típico “macho” en nosotros. Eso no funciona en lo pastoral. Todo lo contrario, créeme. Nos lleva al fracaso y a la destrucción.
La rendición de cuentas es vital para un pastor. Así que, el que aspira a serlo debe estar dispuesto desde antes a tener que rendir cuenta por su vida a otro(s). Debe existir un anhelo por ser enseñado, confrontado, corregido y ministrado. Los llaneros solitarios no sobreviven en el pastorado.
6. Y por último pero no menos importante, un deseo de que Cristo sea exaltado y glorificado a través de él y de la iglesia que dirigirá.
¿Cuál es el motivo de mi llamado? La gran tentación del pastorado es la fama y el poder que ofrece. Por eso, un joven llamado al pastorado debe ser dependiente de Dios a través de la oración para que el Espíritu Santo le ayude a que las palabras de Juan el Bautista sean suyas: “Es necesario que Él crezca y yo disminuya” (Juan 3:30). El fin de todos los que estamos en el ministerio debe ser hacer famoso a Cristo hasta los confines de la Tierra.
Estoy consciente que existen muchas otros puntos importantes pero creo que estas son las de mayor importancia para que cada joven haga su evaluación personal.