Encontrarte con una persona amable en redes sociales a veces se siente como encontrarte con una Coca-Cola fría en el desierto. La amabilidad parece una especie en peligro de extinción. Las redes sociales fomentan con facilidad el odio en nosotros debido a nuestro pecado (como vimos anteriormente). Cuando hablamos de las redes sociales y el amor al prójimo, es importante admitir que estamos ante un tema en el que tenemos mucho por aprender.
Además, cuando las redes sociales nos presentan los pensamientos y las publicaciones de otras personas como si estuviesen solo para nuestro entretenimiento, nos resulta fácil olvidar que detrás de cada comentario o publicación (incluso los desagradables), hay una persona de carne y hueso, hecha a imagen de Dios a quién debemos mostrar amabilidad, esté de acuerdo con nosotros o no. En cierto modo, hemos cosificado a las personas en Internet. Dejamos de ver como importante amarlas en todo lo que publiquemos y nuestra forma de hacerlo.
En medio de esto, los creyentes seguimos llamados a amar a nuestro prójimo, incluso en la web, incluso si se trata de un enemigo (Mt. 5:44-45).