¿Cuántos evangélicos hacen falta para cambiar una bombilla? Solo uno, pero primero tiene que pedirle permiso al líder, al pastor, al profeta, al apóstol y a su cobertura. (!!!)
Ok, sé que el chiste que inventé está rudo aunque puede ser gracioso para muchos, pero ilustra una verdad que me temo que afecta a muchos cristianos:
Parece que muchos hijos de Dios piensan necesitar permiso para cambiar el mundo… cuando en realidad YA lo tienen.
Obviamente, para algunas cosas necesitamos permiso de alguien más. Por ejemplo, necesitas permiso de tus pastores si pretendes dar un sermón desde el púlpito de tu iglesia local, ya que eso no es algo se hace a la ligera. Es importante obedecer a los líderes que están en la posición donde están porque Dios los colocó allí (a los falsos líderes, mejor ignóralos y apártate de ellos).
Sin embargo, para muchas cosas que Dios quiere que hagas no necesitas más permiso.
Por ejemplo, cuando abrí este blog no le pedí permiso a nadie. Lo abrí porque Dios puso en mí el querer hacerlo y yo siempre hago lo que quiero. Por supuesto, el hecho de que no tenga que pedirle permiso a alguien para abrir un blog, no significa que voy a dejar a un lado las responsabilidades de predicar a través de este lugar. Siempre tienes que ser responsable y dar lo mejor de ti y ser teológicamente correcto, ya que si vas a predicar mal, lo mejor es que cierres tu boca.
El punto es que no tenemos excusas para dejar que el amor de Dios fluya en nosotros y ser personas más asombrosas cada día, no para simplemente impresionar a las personas, sino para impactar vidas.
Cuando nos excusamos pensando que no tenemos permiso para algo, lo cual es algo frecuente y que pocas veces notamos, en realidad lo que tenemos es MIEDO. Qué bueno que la Biblia nos dice que el amor de Dios echa fuera todo temor (1 Juan 4:18).
¿Dios te ha dado sueños que lo glorifican a Él? Empieza a vivirlos y a caminar en Su maravillosa voluntad. No necesitas permiso de nadie para eso. Además, sé que tienes dones y talentos, así que sería un desperdicio que no los usarás. Y si no sabes cuales son, ¿Qué esperas para descubrirlos? Tienes permiso.
Lee aquí las 50 cosas que todo joven cristiano debe saber.
También tienes permiso para hacer cosas como leer la Biblia y predicarle a la gente con hechos y palabras. Tienes permiso para ayudar a las personas a conocer el propósito por el que están aquí. Ese es un propósito que todos tenemos.
Las personas buenas para las excusas, no sirven para nada más. Renuncia a las excusas y decide vivir intensamente. Tienes todo el permiso de Dios para que hagas eso.
A decir verdad, todos queremos verte hacerlo. Recuerda que ya estás en el púlpito más grande del mundo.
«El mundo es más maleable de lo que piensas y está esperando a que le des forma con un martillo.» Bono.
Pregunta: ¿Te atreves a aprovechar el permiso que YA tienes para cambiar el mundo?