Imagina que consigues a un león que no haga sonidos de león, y que en cambio, haga sonidos como un perro. Sí, un león que ladra. Bastante extraño esto que te pido que imagines, ¿eh?
Ahora imagina además que ese león puede hablar y tú le preguntas «Sr León, ¿Por qué no haces sonidos de León y en cambio decides ladrar como un perro?» y ese león te responda algo parecido a esto: «Es que no siento el llamado a vivir como un león».
Básicamente, esa es la conversación que he tenido con muchos leones y varias leonas dentro de la iglesia visible; personas talentosas y con potencial que están desperdiciando sus vidas y eso pone en duda si esas personas en verdad tienen a Cristo o no.
Estas personas no viven como Dios quiere que vivan porque «no sienten el llamado»… ignorando que al menos que obedezcan a Dios, jamás podrán ser ellos mismos en realidad.