Encontrarte con una persona amable en redes sociales a veces se siente como encontrarte con una Coca-Cola fría en el desierto. La amabilidad parece una especie en peligro de extinción. Las redes sociales fomentan con facilidad el odio en nosotros debido a nuestro pecado (como vimos anteriormente). Cuando hablamos de las redes sociales y el amor al prójimo, es importante admitir que estamos ante un tema en el que tenemos mucho por aprender.
Además, cuando las redes sociales nos presentan los pensamientos y las publicaciones de otras personas como si estuviesen solo para nuestro entretenimiento, nos resulta fácil olvidar que detrás de cada comentario o publicación (incluso los desagradables), hay una persona de carne y hueso, hecha a imagen de Dios a quién debemos mostrar amabilidad, esté de acuerdo con nosotros o no. En cierto modo, hemos cosificado a las personas en Internet. Dejamos de ver como importante amarlas en todo lo que publiquemos y nuestra forma de hacerlo.
En medio de esto, los creyentes seguimos llamados a amar a nuestro prójimo, incluso en la web, incluso si se trata de un enemigo (Mt. 5:44-45).
Amar al prójimo en las redes sociales es revolucionario
Esto es parte de vivir como luz en este mundo para que nuestro testimonio cristiano sea creíble y otros glorifiquen a Dios junto a nosotros (Mt. 5:16). Nuestro amor a los demás consiste en tratar a otros como queremos que ellos nos traten, incluso si nunca nos llegan a tratar de esa forma (Ro. 13:8-10; Mt. 7:12). ¿Puedes imaginar lo radical que esto puede resultar en nuestra era de superficialidad, ira, y confusión?
Sobre todo, somos llamados a mostrar amor a la iglesia, el pueblo de Dios (1 Pe. 1:21). Esto es lo que debe distinguirnos como creyentes en Cristo a los ojos del mundo: “En esto conocerán todos que son mis discípulos, si se tienen amor los unos a los otros” (Jn 13:35). Jesús mismo oró por nosotros “para que todos sean uno. Como tú, oh Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste” (Jn. 17:20-21).
¿Cómo las personas pueden creer que somos creyentes y que en verdad Jesús vino a vencer nuestro orgullo y transformarnos, si vivimos tratando a otros como no queremos ser tratados? ¿Cómo esperar que nuestro testimonio sea convincente si el mundo nos mira en redes sociales siendo duros los unos con los otros, compitiendo, envidiando, difamando, insensibles a las necesidades de los demás?
El evangelio nos da el poder para amar al prójimo
Amar a otros conforme a la Palabra de Dios es imposible en nuestras propias fuerzas, pero el evangelio lo hace posible gracias a que ahora tenemos el Espíritu de Dios (Gá. 5:22). Y tenemos la mayor de las motivaciones: “Sean más bien amables unos con otros, misericordiosos, perdonándose unos a otros, así como también Dios los perdonó en Cristo” (Ef. 4:32).
Usemos las redes sociales de forma tal que, cuando otros vean nuestros perfiles e interacciones con otras personas, sea cada vez más evidente que le pertenecemos al Señor.