Hay muchas cosas que puedo decirte sobre la mujer más inteligente que el mundo haya conocido. Aquí van tan sólo algunas de ellas.
¿Me acompañas?
Cuando ella era joven y estaba creciendo, tuvo un novio que le pidió una prueba de amor. Ella fue inteligente y le citó Juan 3:16. Luego lo dejó y decidió esperar al hombre indicado y guardar su cuerpo e intimidad hasta el matrimonio.
Supo entender el noviazgo y las relaciones sentimentales.
Ella siempre estaba dispuesta a ayudar en su congregación, pero no se la pasaba todo el día metida en ella. Sabía bien el orden de las cosas: Dios > Familia > Ministerio > todo lo demás.
La mayoría de las chicas poseen esta especie de lógica loca: «Tal vez si uso minifaldas y escotes, encontraré a un hombre inteligente que se interese por mi personalidad». Sin embargo, la mujer más inteligente del mundo pensaba diferente porque sabía que era valiosa para Jesús.
Aunque sabía lo bonita que Dios la había hecho, no usaba minifaldas, ropa muy ajustada, ni escotes. ¿Por qué? Porque amaba en el amor de Cristo a sus amigos y quería ahorrarles tentaciones.
Además, ella no colocaba a hombres en la friendzone. Siempre sabía establecer límites claros en sus amistades con el sexo opuesto, no vaya ser que le rompiera el corazón a algún tipo.
Una mujer inteligente sabe que no necesita sentirse deseada por hombres para ser feliz.
Ella comprende que parte de amar al prójimo consiste en desearle el mayor bien, y por eso le importa cuidar el corazón de su prójimo y no darle falsas esperanza a alguien.
Para no ilusionar a nadie, pasaba más tiempo con sus amigas en vez de pasarlo más de lo correcto con sus amigos y, de esa forma simple pero efectiva, guardaba su intimidad para su futuro esposo y se ahorraba heridas.
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Como sabía quien era gracias a Jesús, se daba a respetar. Por eso no bailaba reggaeton y cosas de ese estilo. Tampoco toleraba a hombres abusadores.
Ella siempre se esforzaba por hacer las cosas lo mejor posible, porque sabía que todo lo que hacía, de alguna forma u otra, era para Dios (Col 3:23-24).
La mujer más inteligente del mundo también se caracterizaba por su prudencia a la hora de manejar sus perfiles en redes sociales, y por su obediencia a Dios y a sus padres.
Se encerraba en su cuarto y oraba mucho. Sabía que si no tenía tiempo para estar a solas con Dios y mantener una relación con Él, era porque había permitido que las personas la esclavizaran.
También leía la Biblia y no idolatraba a ninguna estrella de pop o actor, aunque tenía un cantante y actor favorito (al igual que toda persona).
Hay muchas cosas que puedo decirte sobre aquella mujer, pero hay una que destaca en particular:
Aunque a veces falló y cometió errores en la vida, siempre recibió el perdón de Dios.
Se arrepentía, recuperaba sus fuerzas en Dios, y continuaba caminando hacia adelante agarrada de la mano de Jesús. Ella sabe que todo lo que es se lo debe a Cristo.
La mujer más inteligente del mundo anhela conocer a Dios cada día más y crecer en integridad para ser la ayuda idónea, en el tiempo preciso, de su futuro esposo: Alguien rendido enteramente a los pies de Cristo.
“Mujer ejemplar, ¿quién dará con ella? Su valor excede al de las piedras preciosas (…) La belleza es engañosa, y hueca la hermosura, pero la mujer que teme al Señor será alabada”. (Proverbios 31:10,30)
Sin duda alguna, la chica de la que te he hablado era inteligente… y aún lo sigue siendo.
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(Photo: kaneda99)