“Existe una clase de felicidad y de asombro que te convierte en alguien serio”
— C.S. Lewis.
Creo que Jesús es la persona más feliz que ha pisado la tierra.
Cuando digo eso, la gente suele mirarme como si estuviera loco o algo así porque todos sabemos que Jesús sufrió mucho mientras estuvo aquí hasta el punto de que en el libro de Isaías podemos leer de Él que es un experimentado en quebranto (Isaías 53:3). Nadie en todo el universo ha sufrido más que Jesús.
Sin embargo, sigo creyendo que Él es la persona más feliz que ha pisado la tierra y te explicaré por qué. Una razón para creer eso, es que nadie sigue a líderes pesimistas o depresivos. Nadie quiere que alguien así sea un rey (Juan 5:15). Las multitudes lo seguían y sus discípulos también.
Pero una razón más importante para creer que Jesús es la persona más feliz que ha pisado la tierra, es que en Colosenses 2:9 podemos leer que en Él habita toda la plenitud de Dios. También podemos leer en pasajes como Juan 1:1 que Él es Dios… y la Biblia me muestra que Dios es infinitamente feliz.
“Nuestro Dios está en los cielos; todo lo que quiso ha hecho” (Salmos 115:3). ¿Y cómo puede ser infeliz Dios si Él tiene el poder para llevar a cabo todo aquello que lo haga feliz? ¿Cómo Dios puede ser infeliz si nadie ni nada puede frustrar Sus planes?
Un Dios Soberano y Feliz
Por definición, si algo puede hacer frustrar a Dios, entonces Dios no sería Dios.
Yo anuncio desde un principio lo que está por venir; yo doy a conocer por anticipado lo que aún no ha sucedido. Yo digo: “Mi consejo permanecerá, y todo lo que quiero hacer lo haré.” (Isaías 46:10)
¡Esta verdad incluso fue reconocida por el rey Nabucodonosor! (Daniel 4:34-35). Además, Dios no necesita nada.
Hay mucho que hablar sobre la soberanía de Dios, y creo que muchos libros no serían suficientes, así que no ahondaré al respecto en este post. Sé que es un tema polémico e incómodo porque es algo que a mí me confronta mucho y a muchas personas también, pero creo que la soberanía de Dios es algo real que necesitamos aceptar si queremos ser felices.
Yo pienso que Dios, como es infinito, puede ver el mundo y todo el universo con distintos lentes. John Piper escribe (resumiendo una conclusión teológica de Jonathan Edwards sobre la enseñanza bíblica de la soberanía de Dios):
“Cuando Dios mira un suceso doloroso o malo a través de su lente de ángulo reducido, ve la tragedia o el pecado como lo que es en sí y, por tanto, se enfada y se aflige (Ezequiel 18:32).
Pero cuando Dios mira un suceso doloroso o malvado a través del gran angular, ve de dónde fluye y hacia dónde conduce la tragedia o el pecado. Lo ve con todas sus conexiones y efectos que constituyen un patrón o mosaico que se extiende hacia la eternidad. Este mosaico completo — con lo bueno y lo malo — le produce deleite”
Nada se escapa de las manos de Dios. Él hace todo lo que place. Así que creo que Dios es feliz porque sus planes nunca se frustran aunque a veces nos parezcan que sí. Por eso mismo creo que Jesús, aunque es un varón de dolores (Isaías 53:3), al mismo tiempo es la persona más feliz que existe. Eso parece contradictorio, pero no lo es.
La Felicidad de Jesús y la Nuestra
Ahora, ¿Por qué quiero hablarte sobre la felicidad de Jesús?
Porque siendo Jesús la persona más feliz en todo el mundo, Él denunció a los hipócritas en muchas ocasiones (ver por ejemplo, Mateo 23), Él advirtió a las personas de los falsos maestros (Mateo 7:15-20), Él habló varias veces sobre el infierno, incluso más de lo que habló del cielo (como en Mateo 25:41).
Todas las personas que realmente aman la verdad y la defienden con firmeza son alegres. Los discípulos de Jesús fueron como Él y fueron muy felices en medio de cualquier circunstancia (ver por ejemplo Filipenses 2:17-18)
Además, siendo Jesús la persona más feliz en todo el mundo, Él lloró (Juan 11:35). Él tuvo sed y a veces se cansaba físicamente como nosotros (Juan 4:6-7). Él no tuvo donde recostar su cabeza (Mateo 8:20). Él fue tentado en todo (Hebreos 4:15).
Él también se entristeció al ver la dureza de los corazones de las personas (Mateo 23:37-39). Fue criticado injustamente (Mateo 12:24). Algunas personas querían verlo muerto (Juan 11:53), lo cual sucedió. Y aunque Él hizo muchos milagros con facilidad (para Él nada es difícil), Él oró con angustia (Lucas 22:44).
Cualquiera que ve esto, puede pensar que Jesús fue la persona más triste en todo el mundo, pero en realidad en medio de las situaciones que Él atravesó cuando estuvo en la tierra, Él fue realmente feliz porque vio el cuadro completo de la situación (Isaías 53:10-11, Hebreos 12:2). Por eso lo afrontó todo con gozo y confianza en Dios Padre. Por eso nunca se rindió.
Así, Jesús fue la persona más feliz en todo el mundo en medio del sufrimiento más duro en todo el universo. No fue un masoquista que amara el dolor, sino que estuvo dispuesto a afrontarlo porque sabía que el dolor es algo pasajero.
Dios quiere que seamos felices como Jesús. De hecho, ¡ser realmente felices en Él es una orden! (Filipenses 4:4). Y es que cuando somos felices al confiar en Sus planes, Él es glorificado. En otras palabras, Él es mostrado en nuestras vidas más como Él realmente es. La alegría de un cristiano dice que Dios es grande.
Dios quiere que vivas las bienaventuranzas (Mateo 5:1-12, Mateo 11:6). Si tan sólo viéramos un poco más nuestras situaciones como Dios las ve en el cuadro completo, seríamos mucho más felices porque entenderíamos que nada nos puede separar de Su amor y que Él tiene todo bajo control (Romanos 8:28-39). Así que te animo a orar a Dios para que Él te enseñe a ver las cosas un poco más como Él lo hace.
Aunque llore, sea criticado, y algunas personas crean que a veces es muy duro o amargado por predicar la verdad, el cristiano es una persona feliz gracias a lo que ha hecho la persona más feliz que jamás ha pisado la tierra.
Yo me he propuesto ser la persona más feliz en el Señor que haya conocido y te animo a que busques lo mismo conociendo cada día más a Dios en Su palabra.
Creciendo en felicidad contigo,
Josué.