Sí, odio la predicación de gracia barata.
Tal vez algunas personas se escandalizarán diciendo “¡Seguro no hay amor en el corazón de Josué porque odia algo!”, pero la verdad es que si somos cristianos, odiaremos muchas cosas: Todo lo que esté contra la verdad, contra nuestra santidad, contra nuestro gozo en Dios (cf. Salmos 97:10).
Así como en el corazón de Dios puede haber amor a ciertas cosas y también odio por otras (el pecado), así también puede haber en el corazón de un cristiano amor por lo bueno y odio por lo malo. Lo que Él odia, lo odia porque Él es amor. Una prueba de que el amor de Dios está creciendo en nuestros corazones es que odiamos lo que está contra Su Palabra. ¡Detesto la predicación de gracia barata!
¿A qué me refiero cuando hablo de gracia barata? Dietrich Bonhoeffer lo explicó perfectamente hace más de 50 años en el libro “El costo del discipulado”:
“La gracia barata es la predicación de perdón sin requerir arrepentimiento, bautismo sin disciplina eclesiástica, comunión sin confesión, absolución sin confesión personal. Gracia barata es gracia sin discipulado, gracia sin la cruz, gracia sin Jesucristo…”[1]Bonhoeffer, Dietrich. El costo del discipulado. p.44
Razones para odiar la predicación de gracia barata.
La predicación de gracia barata estimula el ego y orgullo humano. Le dice a la gente “La cruz muestra lo mucho que tú vales”, cuando en realidad la cruz muestra lo mucho que hemos pecado y lo misericordioso que es Dios.
Esta predicación causa falsas conversiones. Millones de personas se creen cristianas cuando en realidad no lo son, sino que simplemente creen en esta basura. Esta predicación pone al hombre como el centro de las cosas, en vez de exaltar la gloria de Dios sobre todo.
Esa predicación no muestra a Cristo como digno de ser seguido aunque tengamos oposición del mundo, por ejemplo, sino que lo muestra como un genio mágico que quiere cumplir nuestros deseos mundanos. Presenta a Cristo sólo como un medio para algo más. La gente busca al Jesús no-bíblico en el que creen, para tener mejores relaciones, más dinero, éxito laboral, salud, y un montón de cosas más, pero no buscan al Jesús bíblico para tener al Jesús bíblico.
Esta predicación es puro “amor” y arcoíris, pero no habla del pecado, ni de la justificación y la expiación de Jesús por nosotros. Anuncia a Cristo como si fuese un hippie cósmico y no como el rey todopoderoso, Santo y justo digno de nuestra adoración. La gracia barata simplemente no es el evangelio.
Nadie se asombrará realmente de la salvación que Dios da al que cree y de Su misericordia, si no se toma el pecado seriamente. Nadie estará agradecido por el evangelio al menos que sepa de qué necesitamos ser salvos y lo malo que es el corazón del hombre que no ha nacido de nuevo.
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Dile NO a la gracia barata.
Nadie dará toda la gloria a Dios en adoración al menos que empiece a ver a Dios tan santo como realmente es, y se empiece a ver a sí mismo tan pecador como realmente es. Ninguno de nosotros podrá cantar de todo corazón “Sublime gracia del Señor, que a un vil pecador salvó” al menos que sepa lo mucho que merece cada llama de fuego en el infierno. Una adoración fundamentada en gracia barata, no es adoración en absoluto.
En resumen, no conoceremos el verdadero gozo que viene de Dios — un gozo que hace que todas las demás cosas en el mundo luzcan basura en comparación a Él, un gozo que se desborda en adoración auténtica —si primero no nos tomamos el pecado en serio.
Esa es la razón por la cual tienes en tu Biblia Romanos capítulos 1-3:20 antes del resto de toda la carta. Esa es la razón por la cual la Biblia habla tanto sobre el pecado. Es doloroso tomarnos el pecado en serio, pero ¡Oh, qué maravilla es entonces tomarnos nuestra salvación en serio!
No hay ni una sola gota de la ira de Dios que no merezcamos, y eso hace asombroso que no haya ninguna sola gota del amor de Dios que no pertenezca al verdadero cristiano.
La predicación de gracia barata no muestra la verdad que está en la Biblia, y por tanto no es un camino al verdadero gozo en Dios: Uno que lo exalta a Él por encima de todas las cosas.
Por eso odio la predicación de gracia barata, ¿y tú?
Algunas escrituras bíblicas para estudiar: Juan 3:1-21; Romanos 3:9-26; Romanos 5:6-8; Gálatas 3:13-14; Mateo 27:25-26.
Referencías