
Clama por sensibilidad ante pecado.
No es la ausencia de pecado, sino la tristeza por él lo que distingue al verdadero hijo de Dios
— A.W. Pink
Ya he hablado sobre la importancia de orar cuando hemos pecado. También sobre orar para no pecar. Sin embargo, ahora quiero hablarte sobre lo esencial que es orar para que Dios nos enseñe a odiar cada día más nuestros pecados y nos muestre los que nos son ocultos.
El otro día estuve leyendo algo interesante. Resulta ser que los antiguos puritanos oraban por algo que me atrevo a pensar que la mayoría de los cristianos no oran el día de hoy.
Ellos le pedían a Dios el “don de las lágrimas”. Le pedían a Dios que les mostrara qué cosa andaba mal en ellos y que pudieran llorar por sus pecados al ver la realidad de ellos. Le pedían a Dios: “no dejes que seamos indiferentes ante nuestro pecado”.






