Luego de estar más de cinco años escribiendo en Internet, suelo recibir muchos emails de cristianos pidiéndome consejos para escribir mejor.
Pensando en eso, aunque ya he escrito algunas cosas sobre el tema y tengo mucho por seguir aprendiendo, quisiera compartir algunos pensamientos:
1. No te apresures. En serio, no lo hagas. Lee Santiago 3:1-2 varias veces, en oración, antes de considerar escribir en la web.
2. Entiende que el éxito no consiste en ser popular. El éxito consiste en ser fieles a la Palabra de Dios, exaltando a Cristo, buscando ser buenos mayordomos de nuestros dones para su gloria. Lo cual nos lleva al siguiente punto.
3. Procura ser bíblico. Es un mandato (2 Tim. 2:15). Si lo que vas a escribir no está conforme a la Palabra de Dios y la cosmovisión que ella plantea, lo mejor es no decirlo. “El que habla, que hable conforme a las palabras de Dios… para que en todo Dios sea glorificado mediante Jesucristo” (1 Pe. 4:11).
4. Considera tus dones. No está mal querer escribir y desear que Dios te conceda poder hacerlo bien, pero no es sabio ni humilde que busques dedicarte a ello con mucha regularidad si es evidente que eso no es lo que Dios quiere que hagas.
5. Prioriza tu iglesia local y el discipulado personal. Si por escribir en Internet estás descuidando lo que debería ser tu prioridad en cuanto al servicio al Señor y su pueblo, sencillamente lo estás lo haciendo mal.
6. No tienes que escribir sobre toda controversia. De hecho, lo más seguro es que no estés apto para hablar sobre la mayoría de las controversias del momento. Dios no demanda de ti que publiques una opinión sobre todo. Además, es difícil evangelizar, crear puentes, y ser escuchado con atención si todo el tiempo estás reaccionando a eventos.
7. Rinde cuentas a otras personas. Al menos que seas infalible, es sabio que otras personas puedan leer, evaluar, y criticar tus publicaciones antes de que salgan a la luz.
8. Examina tu corazón. Muchas veces decimos que queremos escribir “para la gloria de Dios” cuando en realidad queremos hacerlo para nuestra gloria, o movidos por un corazón legalista, o para hallar nuestra identidad en tener una plataforma, o por cualquier otra cosa incorrecta. Somos rápidos para crear ídolos y pretender justificarlos. Por tanto, recuerda que solo Jesús puede saciar tu corazón.
9. Procura la excelencia dentro de lo posible. ¿Reflejamos la excelencia de Dios cuando tenemos blogs descuidados, con un aspecto visual horrible, y escritos llenos de mala ortografía? Ya sabes la respuesta.
10. No publiques todo lo que pienses. Entiende esto por amor a la iglesia, al mundo, y a tu alma. “¿Ves a un hombre precipitado en sus palabras? Más esperanza hay para el necio que para él” (Prov. 20:29).
11. Edita, edita, edita. Los primeros borradores suelen ser peores de lo que creemos, aunque a veces nos enamoremos de ellos. Publicar un artículo sin haberlo cocinado bien es similar a servir pizza cruda.
12. Lee tus artículos en voz alta durante el proceso de edición. Esta es una buena forma de detectar errores en la escritura y estructura de ellos
13. No plagies. Es pecado porque ofende a Dios y es robar al prójimo. Es tonto porque la gente tarde o temprano lo sabrá. Arruinará mucho de lo bueno que hayas escrito. Si viste algo muy bueno en algún lugar y quisieras compartirlo en tu blog, lo mejor es citar. (Pero no hagas repost del contenido sin permiso).
14. Lee buen contenido. La calidad de lo que escribas a menudo será proporcional a la calidad de las cosas que leas y estimulen tu pensamiento.
15. Busca desarrollar tu propia voz. Please don’t try to write Bible-saturated God-exalting articles on the soul-filling and all-satisfying goodness of Christ like John Piper if you are not John Piper. En cambio, sé tú mismo. No es fácil hallar tu propia voz. De hecho, creo que aún estoy desarrollando la mía. Pero buscar esto vale la pena.
16. Procura ser preciso y claro en tus palabras. Escribir es un asunto serio porque las palabras tienen consecuencias, en especial cuando hablamos sobre Dios. Evita la ambigüedad, la exageración, el uso de palabras vagas o cuyo uso no conozcas bien, las oraciones rebuscadas, las ideas abstractas, y toda cosa que oscurezca el significado de lo que realmente quieres comunicar.
17. No dejes que Internet te venda la idea de que la espiritualidad se puede medir en base a nuestra actividad o inactividad aquí.
18. No te sorprendas al recibir críticas. Son inevitables. Por tanto, lo mejor es buscar aprender de las que sean correctas o redimibles mientras ignoras a las que no vale la pena darles atención. Que el Señor nos conceda sabiduría para esto. Te recomiendo este artículo de Tim Keller.
19. Sé breve. Todo lo que sobra en un artículo no hace más que ruido.
20. No busques cosas grandes para ti (Jer. 45:5). Pretender forzar el crecimiento de tu plataforma es desconfianza en la bondad y soberanía del Dios que quiere lo mejor para ti y para toda su iglesia. Como ha dicho D.A. Carson, “lo que Dios considera un ministerio ‘importante’ es rara vez lo que nosotros pensamos”. Y sí, todo esto suele representar una lucha para quienes servimos al Señor dentro o fuera de la web. Además, si crees que necesitas una plataforma grande para servirle a Dios, lo más seguro es que en realidad quieras servirte a ti mismo. No necesitamos cosas grandes para honrar al Señor. Él nos llama a vivir para Él en donde sea que estemos.
21. Ora por tus escritos. Luego de todo lo dicho, espero que entiendas que para ser escritores fieles al Señor necesitamos del Espíritu Santo más de lo que creemos. Necesitamos buscar constantemente el rostro del Señor.
22. Mantén tu mirada en Cristo.