La reunión de los pastores se prolongaba.
Fui invitado a presenciarla como un oyente en el salón.
Diez de los hombres más piadosos y sabios que conozco discutían asuntos sobre la vida de la iglesia, y uno de ellos ahora preguntaba qué debían hacer los líderes en la iglesia con tantos grupos de WhatsApp dentro de la congregación.
¡Los pastores estaban agotados de tantas conversaciones inmediatas, notificaciones, y problemas de comunicación por ese medio!
Ellos notaron que esto afectaba para mal la vida de la iglesia local. La reunión se hizo larga mientras hablaban del tema. Al final, aquella noche no pudieron llegar a una solución.
En mi experiencia, WhatsApp es una herramienta que puede ser problemática para el cristiano.