Recibo bastantes invitaciones para dar “me gusta” a páginas en Facebook de nuevos ministerios en línea. Parece que más y más personas quieren incursionar en los blogs cristianos o ser predicadores en sus perfiles sociales. Sin duda, muchos creyentes quieren compartir cosas edificantes en internet.
Esto ha sido usado por Dios, pero veo un peligro aquí. Un peligro que confieso haber experimentado más de una vez: La tentación de servir principalmente en la web, y así tomar la ruta que luce más cómoda en nuestro servicio a Dios, contrario a lo que Él ordena en Su Palabra.
Una de las cosas que más me emocionan de lo que Dios ha hecho en los últimos años, es la traducción al español de libros llenos de sana doctrina y una visión majestuosa del Señor.