En un momento de la película The Avengers, el grupo de superhéroes requiere que el personaje de Bruce Banner se enoje y convierta en el gigante Hulk de manera rápida. Él explica, para sorpresa de sus compañeros, cómo eso es posible para él: «Este es mi secreto… Siempre estoy enojado». Inmediatamente después, Banner se transforma en su alter ego y empieza a aplastar monstruos alienígenas enemigos.
Al igual que este personaje ficticio, nuestra cultura es una que parece vivir en enojo, lo cual va de la mano con el odio a los demás. En cuestión de segundos, cualquiera en redes sociales puede actuar como un Hulk virtual aplastando a otra persona con quejas, insultando a quienes están en desacuerdo con él o criticando una publicación. Se nos da muy bien «cancelar» todo lo que no nos guste solo porque sí, sin hacer un juicio justo primero; es común despreciar a quienes piensan distinto a nosotros y nos desagradan. No sabemos extender misericordia y gracia. Siempre excusamos nuestra furia y odio.