Advertencia: es posible no tener imágenes o figuras de vírgenes y santos en nuestras casas, y aun así tener ídolos en nuestros corazones (Ez 14:3).
Según la Biblia, la idolatría es desear y atesorar cualquier cosa (incluso si es buena en sí misma) como si fuera lo más valioso y necesario para vivir. Es despreciar a Dios buscando saciar la sed de nuestro corazón aparte de Él (Jr 2:11-13).
La verdad es que nada aparte de Dios puede redimirnos, dar propósito a nuestras vidas y satisfacer nuestros corazones. Es por eso que necesitamos confrontar todo deseo desordenado en nuestras vidas.
Ahora bien, ¿cómo podemos saber si en nuestras vidas permanecen deseos idólatras? ¿Y cómo podemos saber si los estamos alimentando en vez de confrontarlos y presentarlos a Dios mientras buscamos de Él?