La forma correcta de responder es con lágrimas y oración.
Para ser honesto, nunca había escuchado sobre Kirk hasta ayer. En las últimas horas me ha impresionado ver cuántos hermanos y amigos en varias partes del mundo lo estimaban. La forma en que fue asesinado pone de relieve la maldad a la que podemos llegar y cómo nuestro mundo está quebrantado. Sin importar si estamos de acuerdo con todas sus ideas o no (yo mismo estoy lejos de estarlo, por las cosas que he leído sobre él), lo ocurrido es trágico y debe llevarnos al lamento.
Lo mejor que podemos hacer es traer a Dios todo el dolor, la indignación, la sensación de perplejidad y la ira que sintamos: traer todo eso a Sus pies y clamar «Ven pronto, Señor». ¿Qué otra alternativa tiene un creyente? ¿A dónde más iremos? Vayamos a Dios. Y lloremos con los que lloran (Ro 12:15). Incluso si no estamos de acuerdo en todo con nuestro prójimo. Clamemos por justicia y misericordia para este mundo dañado, mientras esperamos el día en que nuestro Redentor renovará todo.
No obstante, al pensar en cómo responder a tragedias como esta, no puedo evitar pensar en cómo no responder y en cuánto me entristece ver a algunos influencers y líderes cristianos o conservadores prominentes responder de la forma más necia posible.