Anteriormente he escrito sobre el legalismo, no solo porque es un peligro serio para cada creyente, sino porque, hasta donde sé, soy la persona más legalista que conozco.
Suelo dudar del amor de Dios y encontrar mi identidad en mis acciones o posesiones. Por eso necesito el evangelio a diario. Necesito recordar que mi salvación es solo por gracia, para la gloria de Dios, y así vivir con más confianza y gozo en el Señor en toda circunstancia.
Pensando en lo escurridizo que es el legalismo, quisiera compartir contigo algunas de las señales de un corazón legalista:
- Piensas que necesitas obedecer más a Dios para que Él te dé más rápido las cosas que deseas, en vez de descansar en su soberanía y amor.
- Vas a la iglesia, lees la Biblia, y oras porque “eso es lo que un cristiano debe hacer” y no por amor a Dios, en gratitud hacia Él para conocerlo más.
- Te enojas con Dios, o crees que no vale la pena servirle, cuando las cosas no salen como quisieras, ya que en el fondo de tu corazón piensas que Dios te debe cosas buenas.
- Sientes que tienes que convencer a Dios de que en verdad estás arrepentido, o que eres una buena persona para entonces sentirte escuchado por Él al orar, en vez de confiar en que Dios te escucha gracias a la obra de Cristo por ti y en tu lugar.
- Menosprecias a quienes conocen menos la Biblia que tú, llevan menos años en la fe, son más inmorales, y han alcanzado menos cosas en la vida, porque crees que tu curriculum vitae como creyente te hace más amado por Dios.
- Te sientes totalmente fracasado y desesperado cuando no vives como sabes que deberías vivir, en vez de sentirte humilde, consolado, y agradecido ante Dios por su gracia para ti a pesar de todos tus pecados.
- Tiendes a ser rápido para juzgar a las personas que pecan de manera diferente a ti mientras no admites tus puntos ciegos.
- Tu gozo en las cosas que haces para Dios es mayor que tu gozo en Dios y su evangelio.
- Sientes envidia de otros más exitosos que tú en la iglesia, en Instagram, o en cualquier otro contexto. Esto en realidad es creer que Dios no es justo contigo al repartir bendiciones, y que no te ama como Él dice que te ama (ya que no estás contento en su amor y lo analizas a la luz de tu vida terrenal).
- Te preocupa demasiado lo que otros piensan de ti, y esto indica que no estás contento con el veredicto de Dios sobre ti en Cristo (¡justificado y adoptado!).
- Piensas demasiado en ti mismo y tu desempeño en vez de estar centrado en Dios.
- Te cuesta mucho perdonar a otros porque crees que ellos primero deben merecer tu perdón, lo cual evidencia que todavía necesitas entender más la gracia de Dios hacia ti.
¿Puedes pensar en otras señales que pueden ser evidentes en un corazón legalista?
Oro que el Señor nos conceda crecer espiritualmente con la mirada puesta en Cristo, apartándonos del legalismo para abrazarlo más a Él. Como dice el himno: nuestras faltas son muchas, pero Su gracia es mayor.