Jonathan Edwards fue uno de los teólogos más brillantes en la historia de la iglesia, y uno de los predicadores usados por Dios en el Gran Avivamiento del siglo XVIII en Norteamérica.
Su determinación para vivir la vida cristiana para la gloria de Dios es una de las muchas cosas por las que Edwards es conocido. Durante su vida, él escribió 70 resoluciones que procuró leer con regularidad. Ellas me han inspirado en varios momentos de mi caminar con el Señor, y me gustaría compartir contigo algunas de ellas para que las consideres en el 2019:
1. Resuelvo hacer todo aquello que piense que sea más para la gloria a Dios, y mi propio bien, beneficio y placer, durante mi tiempo; sin ninguna consideración del tiempo, ya sea ahora, tras millares de años. Resuelvo hacer cualquier cosa que sea mi tarea, y deber para el bien y la ventaja de la humanidad en general. Resuelvo hacer esto sin importar cualquier dificultad que se me presente […].
2. Resuelvo que, si alguna vez caigo o me vuelvo perezoso de tal manera que falle para no mantener estas resoluciones, me arrepentiré de todo lo que pueda recordar cuando recupere mi sensatez.
3. Resuelvo nunca hacer ninguna clase de cosa, ya sea en el alma o cuerpo… que tienda a aminorar [en mi vida el reflejo de] la gloria de Dios.
4. Resuelvo nunca perder ni un momento de tiempo, sino aprovecharlo en la forma más provechosa que sea posible.
5. Resuelvo vivir con todas mis fuerzas mientras viva.
6. Resuelvo actuar en todos los aspectos, tanto en lo que hablo o hago, como si nadie hubiera sido tan vil como yo [con el fin de mantener humildad].
7. Resuelvo pensar mucho… acerca de mi muerte, y estar atento a todas las circunstancias que van a ligadas a esa realidad.
8. Resuelvo nunca hacer ninguna cosa por venganza.
9. Resuelvo jamás permitirme ni la más mínima emoción de ira hacia seres irracionales.
10. Resuelvo nunca hablar mal de nadie, a menos que tenga alguna buena reconvención que comunicar.
11. Resuelvo que viviré de tal forma que hubiera deseado hacerlo cuando me muera.
12. Resuelvo dedicarme a obtener tanta felicidad para mí en el otro mundo como me sea posible, con el poder, la fuerza, el vigor, y la violencia de la que soy capaz… en cualquier forma que se pueda pensar.
13. Resuelvo que cada vez que haga algo visiblemente malo, seguiré su rastro hasta llegar a la causa que lo originó; y luego dedicaré cuidadosamente mi esfuerzo a no hacerlo más, y a luchar y orar con todas mis fuerzas contra la causa de eso.
14. Resuelvo examinar cuidadosa y constantemente qué cosa en mí es la que me provoca dudas en lo más mínimo del amor de Dios; y entonces dirigir toda mi fuerza contra eso.
15. Estoy resuelto a estudiar las Escritura tan firmemente, constantemente y con frecuencia, al punto de que pueda encontrar y plenamente percibir que estoy creciendo en el conocimiento de ella.
16. Resuelvo, en las narraciones, nunca hablar otra cosa sino la verdad pura y simple.
17. Resuelvo preguntarme a mí mismo, al fin de cada día, semana, mes y año, en donde podría posiblemente haberlo hecho mejor en cualquier aspecto.
18. Estoy resuelto a indagar todas las noches, al ir a la cama, en cuáles cosas he sido negligente… también al fin de cada semana, mes y año.
19. Estoy resuelto… a nunca actuar como si fuera mi propio dueño, sino [entendiendo que soy] entera y completamente de Dios, porque será agradable ser hallado así.
20. Resuelvo empeñarme al máximo a actuar de la manera en que pienso que debería hacerlo si ya hubiera visto la felicidad del cielo y los tormentos del infierno.
21. Resuelvo no solo refrenarme en la conversación de un aire de desaprobación, enojo e ira, sino manifestar un aire de amor, alegría y benignidad.
Puedes leer todas las 70 resoluciones de Jonathan Edwards aquí (en español) y aquí (en inglés) en su orden y texto original.
Que el Señor nos conceda mentes y corazones dispuestos a vivir para su gloria durante todos los años que nos queden de este lado de la eternidad.
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