No honramos a Jesús al ser indiferentes ante el error y la mentira, pero tampoco al pretender luchar por la verdad de manera errada… como muchas personas lo hacen en redes sociales. Como seguramente yo lo he hecho en el pasado.
Es importante batallar por la verdad, pero si todo el día somos contencioso y carentes de gracia en nuestras publicaciones online, ¿qué dice eso de nosotros? Si nuestra teología “muy bíblica” no nos lleva a ser más pacientes y cordiales, dentro y fuera de la web, ¿qué dice eso de nuestra fe?
Somos llamados a “contender ardientemente por la fe que de una vez para siempre fue entregada a los santos” (Jud. 3), pero ¿no usamos a veces ese llamado como coartada para justificar nuestra falta de gracia y paciencia?
Esto es evidente incluso en cómo muchos pastores y aspirantes al ministerio usan sus redes sociales. Tiemblo al pensar en que la forma en que muchos líderes contienden en Internet los descalifica para servir en sus iglesias locales, y oro para no ser descalificado yo también. «El siervo del Señor no debe ser rencilloso, sino amable para con todos… Debe reprender tiernamente a los que se oponen…» (2 Tim. 2:24s).
Nuestra defensa de la fe debe ser con mansedumbre y reverencia (1 Pe. 3:15). De lo contrario, incluso aunque tengamos la razón, no vamos a reflejar el carácter de Cristo y seremos de tropiezo a otras personas.
Al mismo tiempo, necesitamos entender que denunciar el error doctrinal en redes sociales no nos convierte automáticamente en héroes de la fe.
Por ejemplo, si yo publico un tweet contra el evangelio de la prosperidad, seguro ganaría un montón de retweets, pero ¿a quienes alcanzaría? Lo más probable es que la mayoría de mis seguidores ya están de acuerdo conmigo en mis convicciones sobre ciertos temas doctrinales, y lo más seguro es que lo mismo suceda en tus perfiles sociales.
Por lo tanto, no compres la mentira de que al denunciar errores doctrinales en tus perfiles online ya estás alcanzando a las personas que más necesitan oírte.
¿Quieres contender en verdad por la verdad? Enfócate en hacerlo creando puentes, escuchando, compartiendo tiempo con las personas. Denunciar problemas doctrinales en Twitter o Facebook es fácil. Oír a las personas y hablar con ellas, con gracia y verdad, es otra cosa muy distinta.
El contenido de este artículo fue publicado primero como hilo de tweets.