“No conozco un tónico mayor para mí en mi vida cristiana que leer las vidas de los santos. Te lo recomiendo. Nunca puedes leer demasiado de esa literatura. Lee acerca de hombres como David Brainerd, Jonathan Edwards, Henry Martyn, Robert Murray M’Cheyne, o cualquiera de estos santos de Dios. Oh, vayan tras ellos, mis amigos”
— Martyn Lloyd-Jones.
En los últimos meses se ha desarrollado una afición en mí por leer biografías cristianas. He visto cómo las vidas de hombres piadosos que caminaron en íntima comunión con el Señor nos brindan teología viva para nuestras vidas hoy.
Si no has leído buenas biografías cristianas (¡es importante que sean realmente buenas!), aquí comparto seis razones para que lo hagas:
1. Las biografías cristianas te mostrarán cómo el evangelio puede impactar nuestras vidas.
El joven Martín Lutero juró ser monje un día de julio de 1505, en medio de una fuerte tormenta mientras regresaba a la Universidad de Erfurt luego de visitar a sus padres, lleno de miedo y gritando: “¡Ayuda, Santa Ana! ¡Me convertiré en monje!”. Luego de eso, pasó años poniendo su confianza en reliquias, obras, y confesiones extensas para buscar justificarse delante de Dios, antes de ser el reformador al que conocemos hoy.
Este es solo un ejemplo de cómo veo en las biografías cristianas que el evangelio es poderoso para transformar a toda clase de personas. Esto renueva mi ánimo en mi andar con el Señor y fortalece mi deseo de ver a más personas convertidas.
El Jesús que convirtió a un hijo de la iglesia católica en un reformador que cambió al mundo (Martín Lutero); el Jesús que transformó a un agnóstico en un pensador apologista cristiano influyente centrado en el evangelio (Francis Schaeffer); y el mismo Jesús que transformó a un hombre vulgar, soberbio y traficante de esclavos en el mejor escritor de cartas pastorales de la historia de la iglesia y en el calvinista más humilde de la historia, abrumado por la gracia de Dios (John Newton); ese Jesús sigue cambiando vidas hoy.
2. Las biografías cristianas muestran los pequeños que son nuestros sufrimientos en comparación a los de otros cristianos.
Cuando pienso en cómo Charles Simeon permaneció sirviendo fielmente en una parroquia con tanta oposición a él, al punto que varios miembros de su congregación boicotearon sus cultos por 12 años; o cuando pienso en la agonía que el misionero John Paton experimentó al perder a su esposa Mary bajo una enfermedad en una isla remota llena de caníbales, y a su hijo bebé de 39 días pocos días después, Dios sacude mi sentido tonto y orgulloso de autocompasión. El Señor me recuerda que he sufrido poco en realidad, y que la oposición que he tenido no se compara en nada a la que otros hombres han experimentado en el pasado.
En medio de una generación tan narcisista y llena de quejas como la muestra, necesitamos mirar a personas que saben lo que es el sufrimiento y han visto cómo el dolor, en las manos de Dios, es una bendición que obra para bien en nuestras vidas, aunque a veces no entendamos cómo (Rom. 8:28).
3. Las biografías cristianas nos muestran cómo Dios puede usar a cualquier persona para Su gloria.
Lutero se entretenía tomando cerveza con sus amigos (en Alemania, eso es como tomar café en Latinoamérica), mientras Calvino consideraba leer un mejor pasatiempo. Pero a ambos los usó Dios poderosamente, a pesar de sus defectos y sus personalidades tan distintas.
Hay diversidad de personalidades en el cuerpo de Cristo. La forma en que Dios nos usa a todos los creyentes siendo nosotros tan diferentes, es algo que le da toda la gloria a Él. Me conduce a renunciar a la idea absurda de pretender juzgar de antemano cómo Dios me usará a mí o a otras personas, y también me ayuda a guardarme de la idea tonta de pretender que todos los creyentes seamos exactamente iguales.
4. Las biografías cristianas son el mejor entretenimiento que conozco.
A veces me pregunto por qué no tenemos más películas y series de calidad basadas en biografías cristianas, pero sí abunda el contenido basura en la televisión. Oh, si quieres ser atrapado por una buena historia y sentir lo que es verdadero suspenso, lee una buena biografía cristiana y mira por ti mismo de qué te estoy hablando.
5. Las biografías cristianas atentan contra nuestro “esnobismo cronológico”.
C.S. Lewis hablaba del esnobismo cronológico como la falacia de considerar el pensamiento, el arte, o la ciencia de un periodo anterior de la historia como automáticamente inferior al actual. En una época de redes sociales, iPhones, y obsesión por “lo último” en todo, necesitamos evadir esta falacia abrazando una humildad saludable. Sencillamente, no somos los mejores y todos tenemos que aprender de quienes fueron antes que nosotros.
Las buenas biografías cristianas atentan contra nuestro esnobismo cronológico al mostrarnos cuánto nos falta por conocer y seguir creciendo a pesar de todas las cosas que tenemos en la actualidad, y que personas en el pasado no tenían.
6. Las biografías cristianas nos modelan cómo vivir la vida cristiana.
La biografía cristiana es teología en acción. Aunque la Escritura de por sí es suficiente para el creyente, es obvio que además de saber qué dice la Biblia, es profundamente edificante ver en otras personas cómo ésta debe vivirse.
Dios en su misericordia nos ha dado el regalo inmerecido de permitirnos acceder, a través de libros, a las vidas de hombres imperfectos como nosotros, que nos enseñan cómo luce una vida que atesora a Cristo.
Cuando, por ejemplo, veo la forma en que George Müller dependía constantemente del Señor en oración, y cómo veía en respuesta la mano de Dios en acción, su vida me anima a buscar doblar mis rodillas más a menudo y reconocer que yo también dependo del Señor.
Como el apóstol Pablo dijo, “Hermanos, sed imitadores míos, y observad a los que andan según el ejemplo que tenéis en nosotros” (Fil. 3:17). No subestimes la importancia de aprender del ejemplo de otros creyentes maduros.
Entra aquí para leer mi serie de breves biografías cristianas para Coalición por el Evangelio.
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