“Predica el evangelio, y si es necesario usa palabras”. Esa frase tan popular me gustaba, pero dejó de hacerlo hace mucho tiempo por esto: El evangelio no se trata de algo que hacemos o de algo que hemos hecho, ni de algo que podamos hacer. El evangelio se trata de algo que Jesús hizo por nosotros, y el conocimiento de eso sólo puede transmitirse por palabras.
¿Cómo podemos decir que no se trata de lo que hacemos, sino de lo que Jesús hizo? ¿Cómo podemos aclararle a la gente que las buenas obras que hacemos son de agradecimiento a Dios y no para merecernos el cielo? ¿Cómo enseñar de la salvación sólo por fe y la expiación? ¡Simplemente hablando! Así que el evangelio se comunica con palabras. Ellas no son opcionales, ya que la fe viene por oír el evangelio (Romanos 10:16-17).
Predicar el evangelio es un fruto de ser cristiano.
Algunos creen que “predica el evangelio, y si es necesario usa palabras” es una frase que habla sobre frutos. El razonamiento va así: Da frutos de cristiano para captar la atención de la gente, y cuando te pregunten si eres cristiano o qué crees, entonces usa palabras y predícales el evangelio.
Pero nadie debería esperar a conocerme mucho para saber si proclamo a Cristo o no. ¿Cómo callar sobre una salvación tan grande y esperar a que la gente nos pregunte al respecto? La gente no debería tener que descubrir que soy cristiano; yo debería decirles que lo soy y hablarles el evangelio con mucha urgencia, pero con sabiduría y confiando en Dios. Lo más amoroso que puedes hacer por alguien es predicarle el evangelio.
La Biblia muchas veces señala que el primer fruto público de haber recibido a Cristo como Señor y Salvador, es proclamar el evangelio. Hablar de Jesús y Su obra es un fruto que no falta en el cristiano. Puedes tener a Cristo en tus palabras sin tenerlo en tu vida, pero no puedes tener a Cristo en tu vida sin tenerlo también en tus palabras. Me asombran las personas que dicen que aman a Jesús pero no hablan de Él al menos que la gente les pregunte.
Si los cristianos aman y dan frutos, pero no predican el evangelio con palabras, entonces el mundo nunca sabrá por qué aman… y no estarían amando y dando frutos en realidad.
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¡Un llamado a que siempre prediquemos!
Estamos llamados a ser misioneros en todas partes, y un misionero de verdad sabe mejor que nadie que predicar el evangelio con acciones pero sin palabras es igual a no predicar nada. ¿De que serviría ir a un barrio pobre a llevar comida, y no hablarles de Jesús? Las palabras son tan útiles, que Dios usa a falsos cristianos que predican al Cristo bíblico por motivos incorrectos, para llevar salvación a muchos (Filipenses 1:15-18).
Con todo esto no digo que no importa dar frutos y hacer cosas buenas. Si somos cristianos daremos frutos (Mateo 7:20). Las buenas obras y un carácter que cada día es más como el de Jesús adornan nuestra predicación y las hacemos porque ya somos salvos, en agradecimiento a Dios. Lo que digo es que los buenos frutos deben confirmar en nuestras vidas las palabras que decimos, ¡no sustituirlas!
Así que predica el evangelio, y si puedes usa un megáfono.
“… agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación” (1 Cor 1:21)
Escrituras para mayor estudio: 1 Corintios 9:16, Mateo 28:18-20, Romanos 10:12-16, 1 Pedro 1:22-25, 2 Timoteo 4:1-5.
Reedición de un artículo originalmente publicado el 15 de Mayo del 2014