El “Mensaje de la juventud impactante” es uno de los sermones que más han impactado mi vida y la de incontables jóvenes reformados en varias partes del mundo. ¡Este sermón es un regalo para la iglesia!
Sin embargo, muchos han llegado a descontextualizar la forma tan confrontante en que ese sermón fue predicado a una audiencia particular años atrás. Estas son algunas palabras de Paul Washer sobre algunos aspectos negativos del legado de esa prédica:
“Negativamente, ha llevado a algunos jóvenes reformados a tener una visión desequilibrada de la clase de predicación que se necesita para un verdadero avivamiento. El mensaje que prediqué fue duro, muy duro, pero fue la excepción y no la norma de mi predicación. Hay momentos donde una ‘palabra dura’ debe ser predicada, incluso al pueblo de Dios. Sin embargo, la iglesia y el creyente individual no crecen solo con raciones diarias de ‘palabras fuertes’, sino al ser nutridos y animados por todo el consejo de Dios. El catalizador más grande para la madurez espiritual en el verdadero creyente es tener una revelación más grande del amor de Dios en Cristo. Otra cosa que los ‘profetas incipientes’ deben entender, es que un predicador carga una Espada, una vasija, y una toalla. Él es pronto en usar la vasija y la toalla con gran gozo. Pero él es lento para usar la espada, y cada que vez lo hace, siempre lo hace con lagrimas, temor, y rodillas llenas de cicatrices”.
Lee la entrevista completa a Washer en inglés aquí.
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