Veo la petición de oración en el grupo de WhatsApp de mi grupo pequeño en la iglesia. Un amigo está en una circunstancia difícil. Abre su corazón en un mensaje y pide que oremos por él y su familia. Deseo orar por eso y dar mi apoyo. Entonces me uno a las voces virtuales en el grupo que dicen que estarán orando y dejo un emoji 🙏🏻.
A una parte de mí le gustaría que pensaras que luego de mi respuesta en el chat, siempre voy a orar a mi habitación, o donde sea que yo esté, por al menos más de cinco segundos. Pero la verdad es que no soy un tipo tan espiritual todavía.
Muchas veces el emoji es toda mi oración, incluso cuando yo quisiera orar más (cp. Ro 7:15). Para ser honestos, ¿no es así como expresamos nuestra oración en Internet la mayoría de las veces en una cultura tan superficial como la nuestra?
Seamos intencionales en la oración
Vemos que hay una crisis en el mundo y que alguien publica en redes sociales un llamado a la oración. Compartimos la publicación y puede que dejemos algún comentario diciendo que oraremos. Lo hacemos con la mejor de las intenciones, sin duda. Pero a menudo simplemente nos quedamos en eso.
¿Qué pasaría si fuéramos más intencionales en orar cuando queremos o decimos que vamos a orar por algo?
No me refiero a orar por todas las cosas específicas en el mundo por las que podemos orar y en cierto modo compiten por nuestra atención. En cambio, me refiero a ser intencionales en buscar que la oración por ciertas cosas sea más que un retuit, mensaje en WhatsApp o emoji.
Tampoco estoy diciendo que las «oraciones virtuales» breves sean una ofensa ante la santidad de Dios y que Él nunca las responda. ¡Me consta que muchas veces sí las responde! De hecho, la Biblia está llena de oraciones que parecen muy breves.
No es nuestra cantidad de palabras lo que mueve a Dios a respondernos por Su gracia. Él conoce nuestras dificultades, tareas por hacer y distracciones, y su corazón siempre es compasivo hacia nosotros. Dios no nos oye ni responder por nuestra palabrería, sino porque Él es nuestro Padre (Mt 6:9).
Si eso último es cierto, entonces, aunque podemos tener una oración tan rápida y superficial que sea escuchada por Dios… ¿Has pensado en lo que estamos perdiendo cuando no somos más intencionales en orar con más profundidad?
Si la oración siempre es más que un emoji, si se trata de más que solo presentar peticiones —se trata de tener comunión con nuestro Padre— ¿no deberíamos y necesitamos buscar que nuestra oración por muchas cosas vaya más allá de un retuit o mensaje de chat?
Redescubre el privilegio de orar
Es trágico que nuestras vidas de oración se reduzcan a emojis cuando poder orar en realidad es uno de los privilegios más grandes que tenemos como creyentes. Se trata de nada menos que poder acercarnos a nuestro Padre, quien está en el trono más alto sobre el universo, para poder derramar nuestros corazones delante de Él en adoración, confesión, gratitud y peticiones por nosotros y quienes nos rodean.
Dios conoce mejor que nosotros todas las peticiones de oración que podamos tener. Él sabe qué necesitamos y qué necesita el mundo y las personas a nuestro alrededor. Así que si nos llama a orar, no es para enterarse de lo que tenemos para decirle; es para que profundicemos en nuestra comunión con Él.
Todavía tengo oraciones fugaces en chats de WhatsApp y algunas redes sociales. Trato de orar al menos por un minuto antes de continuar con mi día. Pero en las noches, trato de traer a mi memoria, aunque sea por un poco de tiempo más, aquellas cosas por las que he visto peticiones de oración y sé que debería orar más.
Mi vida de oración no es perfecta y no conozco a nadie que esté satisfecho con la suya. No obstante, cada día estoy más convencido de que este mundo necesita cristianos de mayor intimidad con el Señor, y cada petición de oración es una oportunidad para conocerle más y caminar más de cerca junto a Él.
Me he propuesto (muy imperfectamente) redescubrir más el privilegio de orar al menos por unos minutos por las cosas que he dicho que voy a orar. Creo que esto es útil para caminar de una manera más espiritual en una era hiperconectada y superficial. Te invito a hacer lo mismo.
Orar es más que solo un emoji. Tu vida de oración puede ser más que simplemente mensajes fugaces o publicaciones en redes. ¿Te estás conformando solo con eso último?
Photo by me. :)