Esta es la segunda parte de mi entrevista al pastor y mi amigo Daniel Puerto. Puedes leer la primera parte aquí. Hemos estado conversando sobre cómo entender el evangelio y la importancia de conocerlo correctamente. ¡Nada es más valioso para la iglesia!
Esta entrevista fue muy refrescante para mí y confío en que lo será para ti.
JB: ¿Cómo entender la abundancia de tantos falsos evangelios?
DP: Casi cada autor en el Nuevo Testamento tiene algo que decir acerca de las falsas enseñanzas y aquellos que predican otro evangelio. En las Escrituras somos advertidos sobre los falsos maestros (Mt. 7:15-16; 24:11), falsos cristos (Mt. 24:5; Mr. 13:22), otro Jesús y otro espíritu (2 Co. 11:4), falsos apóstoles (2 Co. 11:13-15), y otro evangelio (Gá. 1:8). Con tantas advertencias, está claro que Dios sabía que los falsos maestros vendrían, y que Él no quería que su pueblo fuera engañado (Ef. 4:14; 2 Jn. 7).
Según las Escrituras, Dios mismo ha dado orden para que los falsos maestros existan y prediquen sus doctrinas torcidas. Pasajes como 1 Reyes 22:20-23 (“Y ahora, he aquí Jehová ha puesto espíritu de mentira en la boca de todos tus profetas”) y 2 Tesalonicenses 2:11 (“Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira”) nos dejan ver cómo Dios está en total control de los falsos maestros que predican falsos evangelios. Así que la abundancia de ellos de ninguna manera debe hacernos creer que los planes de Dios están fallando. Al contrario, puede que Dios esté juzgando a muchas personas.
Si bien es cierto que vivimos en un mundo caído, que tenemos una mente caída (inclinada a la rebeldía contra Dios y su verdad), y que Satanás es el padre de la mentira, la Palabra de Dios traza, en última instancia, la razón de la existencia de falsos evangelios a una determinación del soberano Dios. Y creo que la mejor explicación de esto la da Pablo en Romanos 1:18: “Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres, que con injusticia restringen la verdad”. Los falsos evangelios son una demostración de la ira de Dios contra el pecado y la rebeldía del ser humano.
JB: ¿Cuáles son algunos de los efectos de entender incorrectamente el evangelio?
DP: La consecuencia más importante de entender el evangelio incorrectamente es una eternidad separado de Cristo en el infierno. Si no crees en el verdadero evangelio, sino que pones tu fe en uno falso, estarás por la eternidad pagando por tu pecado bajo justa condenación.
Aparte de eso, tu entendimiento del evangelio tendrá consecuencias desastrosas en cada área de tu vida. Por ejemplo, si has abrazado una versión del falso evangelio de la prosperidad, vivirás bajo la errónea seguridad de que Dios quiere que los creyentes estén físicamente sanos, sean materialmente ricos, y personalmente felices. Esa doctrina errónea seguramente tendrá un resultado en la manera en que enfrentas el sufrimiento, el dolor, la pérdida, la prosperidad, la enfermedad, y tu relación con Dios. Esta falsa seguridad afectará la manera en la que manejas tu presupuesto, te relacionas con tu familia, y sirves en la iglesia local.
Las consecuencias de creer en un falso evangelio son eternas y prácticas.
JB: ¿Qué le dirías a alguien que desea entender el evangelio mejor pero se siente inmerso en una iglesia que no lo predica?
DP: Lamentablemente, esta es la realidad de muchos creyentes genuinos. Mi respuesta incluiría estos puntos importantes:
- Estudia la vida de Cristo y sus enseñanzas. El hecho de que en tu iglesia no prediquen correctamente el evangelio no significa que ese evangelio esté escondido para ti. Ve a la Biblia y conoce más a Cristo.
- Estudia la carta de Pablo a los Romanos. O incluso, memoriza esos primeros capítulos de la carta que exponen con claridad el evangelio. Sumérgete en esta carta y sal de ella renovado por un entendimiento más exacto del mensaje de la cruz.
- Utiliza los medios tecnológicos que Dios nos ha dado en nuestra época. Explora tus posibilidades de ver los servicios de adoración de iglesias saludables (como la Iglesia Bautista Internacional o la Iglesia Bíblica del Señor Jesucristo), siempre y cuando estos no sean obstáculos para que te congregues en tu iglesia local. Escucha sermones, conferencias, y lee libros y otros recursos (muchos gratuitos) que están en línea.
- Procura amar y servir a tu iglesia. Asiste a tu iglesia local (o únete a una) con el propósito de servir con humildad y sacrificio a tus hermanos en Cristo. Comprométete a largo plazo en una congregación, echa raíces, sirve a la iglesia, gánate la confianza de los hermanos, y espera lo que Dios pueda hacer con el paso del tiempo.
- Si tu iglesia prueba no ser fiel al verdadero evangelio, sal de ella. Sin ser orgulloso, intolerante, y destructivo, sal “por la puerta de atrás” después de haber explicado con mansedumbre y humildad tus preocupaciones a los pastores (o al pastor y a los líderes). El artículo “Cuándo es momento de dejar una iglesia”, de H. B. Charles, puede ser muy útil para ti en esta situación.
JB: ¿Cuál es el rol del Espíritu Santo y la oración en nuestra búsqueda por profundizar en el evangelio?
Erwin Lutzer escribe correctamente que “la Reforma protestante es la recuperación más importante del evangelio desde los días del Nuevo Testamento”.[1] Y ¿cómo se explica la Reforma? John Knox, uno de los reformadores, expresó que la explicación es que “Dios dió el Espíritu Santo a hombres ordinarios en gran abundancia”.[2]
Es imposible entender el evangelio, abrazarlo y profundizar en él, sin la obra del Espíritu Santo en nosotros. Él es quien nos ilumina para que entendamos la verdad (Ro. 8:14; Ef. 1:17-18). Por eso es clave nuestra dependencia de Dios en oración. Nosotros no podemos, con nuestra astucia, inteligencia o sabiduría humana, profundizar en las verdades transformadoras del evangelio sin la ayuda del Espíritu de Dios. Con humildad, roguemos a Dios que nuestro corazón y nuestra mente sean cautivados por el evangelio de la gracia soberana.
JB: ¿Y cuál es el rol de los pastores y la iglesia local en esto de comprender cada día más y mejor el evangelio? ¿Y el rol de los buenos libros? ¿Podrías recomendar algunos?
Dios ha dado a los pastores y maestros a la iglesia local “a fin de capacitar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del pleno conocimiento del Hijo de Dios, a la condición de un hombre maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Ef. 4:12-13).
Esta edificación es imposible aparte del evangelio. Por eso los pastores y las iglesias locales deben centrar sus ministerios en el evangelio: explorarlo, explicarlo, descubrir sus implicaciones para la vida diaria de cada creyente, y defenderlo.
Los libros son herramientas útiles (¡y gloria a Dios porque tenemos más y más de ellos en español!). Recomiendo los siguientes para el estudio personal: ¿Qué es el evangelio?, por Greg Gilbert; La vida cruzcéntrica, por C. J. Mahaney; y El evangelio, por Ray Ortlund. Para estudio en grupos recomiendo: Una vida centrada en el evangelio, por Steve Timmis y Tim Chester; y toda esta serie de Editorial Poiema: El matrimonio centrado en el evangelio, El trabajo centrado en el evangelio, etc.
JB: Por último, ¿cómo podemos enseñar el evangelio a personas que por muchos años han escuchado un falso evangelio?
DP: Con paciencia y en dependencia de Dios. No hay otra manera. Con paciencia porque es un trabajo arduo que toma tiempo. Las personas no dejan ciertas creencias y patrones de conducta (que nacen de sus creencias) de la noche a la mañana. El hombre de Dios que anhela ver a otros entender y apreciar el evangelio no puede ser impaciente.
Y en dependencia de Dios porque el único que puede iluminar el corazón humano es el Espíritu de Dios. Nosotros no tenemos el poder de cambiar a alguien. Steve Timmis y Tim Chester lo explican así: “En estos años [de ministerio] hemos aprendido mucho de nuestra incapacidad para cambiar los corazones. Podemos persuadir, exhortar, razonar, argumentar y amonestar. A veces hemos visto cómo eso ha producido un cambio de conducta, pero nunca ha producido un cambio de corazón. ¿Por qué? Porque esa obra es el derecho y la responsabilidad del Espíritu Santo”.[3]
JB: ¡Muchas gracias por la entrevista! Dios te siga usando.
DP: Josué, muchas gracias por las preguntas y el privilegio de participar en tu blog. Oro que Dios use estas respuestas para traer gloria a Su nombre.
[1] Erwin Lutzer, Rescuing the Gospel: The Story and Significance of the Reformation, (Grand Rapids, MI: Baker Books, 2016), xiii.
[2] “Cómo los reformadores redescubrieron el Espíritu Santo y la verdadera conversión”, Sinclair Ferguson, Revista 9Marcas La Reforma y tu iglesia, 43 .
[3] Steve Timmis y Tim Chester, Una vida centrada en el evangelio (Colombia: Poiema Publicaciones, 2015), 27.