Yo era de esos que rechazaban a la iglesia porque decía que “todos los cristianos son hipócritas”. Muchas de las personas más deshonestas que he conocido dicen seguir a Jesús. Esto es lamentable, los falsos cristianos hacen más daño a la expansión del evangelio que los ateos.
Pero por la gracia de Dios, llegué a creer el evangelio. Hoy amo a la iglesia y no me avergüenzo de ser cristiano. Es por eso que te invito a considerar las siguientes cuatro verdades si rechazas el cristianismo porque crees que todos los cristianos son hipócritas.
1. No todo el que dice ser cristiano lo es.
Jesús es explícito al respecto cuando afirma:
No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?” Y entonces les declararé: “Jamás os conocí; apartaos de mí, los que practicáis la iniquidad.” (Mt 7:21-23)
En la Biblia hay llamados a que nos examinemos ante ella para saber si en verdad hemos creído el evangelio (2 Corintios 13:5). Dios reprende a los profesantes que no son genuinos (Apocalipsis 3:16).
Habrá trigo creciendo al lado de la cizaña hasta que Jesús vuelva. La iglesia visible es un cuerpo mixto formado de creyentes genuinos y creyentes falsos. Pero gracias a Dios existe una iglesia verdadera en todo el mundo, formada por todos los cristianos genuinos en donde sea que estén[1]Hay una diferencia del tamaño de Cristo entre una cualquier congregación de personas y la iglesia verdadera de Jesús (Efesios 1:22-23, 1 Cor 12:12-13)..
Más aún, en la Biblia hay instrucciones a apartarnos de los falsos cristianos, muchos de los cuales traen vergüenza a las congregaciones (1 Corintios 5; Mateo 7:16; 2 Juan 9-10). Debo confesar que pienso que es evidente que muchas congregaciones en el mundo han sido algo negligentes en esto último y oro a Dios pidiendo que tenga misericordia.
2. Debes esperar que haya pecadores en la iglesia.
En la iglesia visible hay legalistas como el hermano mayor de la parábola del hijo pródigo, que se visten de falsa piedad y amor a Dios, pero todo cristiano es como el hermano menor de esa parábola (Lucas 15:11-32). Un cristiano es un pecador que reconoce su necesidad profunda del Dios verdadero.
Por tanto, no debe sorprenderte que en la iglesia de Cristo haya personas con serios problemas en sus corazones (algunos más visibles que otros). La iglesia no es un museo de los santos, sino un hospital para pecadores (Anónimo). Jesús vino a llamar a pecadores, no a personas justas (Marcos 2:17).
El hecho de que los cristianos sean pecadores salvos por gracia, en quienes Dios está obrando para santificarlos, no significa que sean hipócritas al no mostrar vidas perfectas — sólo Jesús vivió sin pecar (2 Corintios 5:21). La verdad es que Dios no ha terminado con su iglesia (Filipenses 1:6).
C. S. Lewis tiene razón cuando dice que «un cristiano no es un hombre que nunca hace mal, sino un hombre que está capacitado para arrepentirse».
3. La verdadera iglesia no sigue a un falso Jesús.
Gandhi en una ocasión dijo: “Me gusta Cristo pero no me gustan tus cristianos. Tus cristianos son tan diferentes a tu Cristo”. Si pudiese conversar con Gandhi le preguntaría: “¿Podrías ser más específico al respecto?”
En la vida cristiana debe haber frutos (Gálatas 5:22-23) —amor a Dios y al prójimo (1 Juan 4:8) —, pero, muchas veces, no es como el mundo espera que luzca.
El verdadero Jesús no es un hippie cósmico que cree que todo está bien con nosotros, como la mayoría de la gente parece pensar y muchos falsos cristianos predican. Jesús confronta nuestras vidas. Si el Cristo que predicamos es amado por todos, podemos estar seguros de que no predicamos al verdadero (Juan 7:7).
Los cristianos seguimos a Cristo. Eso significa que debemos ser humildes, pacientes, cordiales y generosos, pero también que debemos ser firmes al proclamar la exclusividad del evangelio y señalar la realidad del pecado, llamando a las personas al arrepentimiento. Esto resultará ofensivo e intolerante para muchas personas, pero Jesús nos demuestra una y otra vez que es parte del verdadero amor al prójimo.
Dios enseña en Su Palabra que muchos falsos cristianos serán rechazados por ser hipócritas, pero todos los verdaderos cristianos serán rechazados por ser de Cristo (Juan 15:19; 2 Timoteo 3:12). Incluso, Jesús llegó a decir que alguien que no ama a Su iglesia no lo ama a Él (cp. Lucas 10:16).
Es cierto que muchas personas en la iglesia visible son legalistas desagradables, confrontan al mundo no por amor, sino para parecer superiores, pero los verdaderos cristianos sí confrontan por amor. El mundo necesita la Palabra de Dios.
4. En Cristo hay gracia abundante para hipócritas.
Dios en su misericordia me ha guidado a conocer Su verdad, pero fui un falso creyente antes de ser uno verdadero — lo cual he dicho antes—, y conozco a muchas personas que han pasado por lo mismo.
Esto me lleva a no condenar por completo a los hipócritas en la iglesia visible. En Cristo hay gracia y esperanza para falsos cristianos.
Pero más allá de todo lo que he mencionado, Cristo enseñó que nadie en realidad lo rechaza a Él por el mal testimonio que dan los falsos cristianos o las fallas de los verdaderos cristianos. El mundo rechaza a Jesús simplemente porque el mundo odia a Dios y ama lo malo (Juan 3:18-21).
Suena bastante radical, pero la Biblia enseña que el corazón del hombre natural está corrompido por el pecado. Todos sabemos que hemos pecado y por eso, separados de la gracia de Dios, ninguno de nosotros se acerca al Dios verdadero porque no quiere que su pecado sea expuesto (Romanos 1:18-20, 2:12-15, 3:10-18).
Somos peores de lo que creemos pero también somos más amados. Lo sé porque Cristo vino a salvar a pecadores del castigo que merecen. Él vino a redimir personas. Esa es una noticia asombrosa y cada uno de nosotros es responsable de cómo responde ante ella.
Sería absurdo decir que vamos a despreciar la salvación que hay en Cristo sólo porque existen “cristianos hipócritas”, al menos que usemos la falsedad de algunos “cristianos” como excusa para no humillarnos ante Dios, no arrepentirnos de nuestra maldad y no creer en Jesús. Tal excusa nos hace hipócritas, lo cual en realidad también es absurdo porque necesitamos salvación. Rechazar a Jesús no tiene sentido de ninguna manera.
Mi corazón se conmueve ante la misericordia de Dios. Doy gracias a Él porque en Cristo hay gracia para hipócritas. Tú también deberías agradecer por eso. “Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores” (Marcos 2:17).
Una versión anterior de este artículo fue publicada el 13 de enero de 2014.
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