«Mis propios ojos no son suficientes para mí. Veré a través de los ojos de otros».
C. S. Lewis escribió esto sobre el valor de leer buenos libros. Refleja una razón por la que amo leer escritos que me desafíen y me ayuden a entender mejor la Palabra de Dios y el mundo de Dios.
Ahora que un año está por terminar, quiero compartir contigo los mejores libros que leí en el 2024 —aquellos que más me impactaron y fueron de provecho para mí, vengan de creyentes o no creyentes— sin ningún orden en especial.
¡Espero que puedas disfrutar esta lista! Es más corta que en años anteriores, pero espero que eso la haga más útil para ti.
El conocimiento del Dios santo (nueva edición en español: Conocer a Dios), de J. I. Packer.
Leí este libro —ya todo un clásico— por primera vez hace años y de vez en cuando vuelvo a él (especialmente a su capítulo sobre la adopción del creyente en la familia de Dios). Este año decidí leerlo de nuevo junto a un joven a quien estoy discipulando en mi iglesia. Ha sido una lectura profundamente desafiante, alentadora y edificante para ambos. Puedo decir que está entre los mejores libros que he leído y que recomiendo a toda persona.
Predicando a Cristo desde Daniel: Fundamentos para sermones expositivos, de Sidney Greidanus.
En el ministerio de jóvenes de nuestra iglesia, este año los líderes dimos una breve serie de enseñanzas desde el libro de Daniel y este recurso fue valioso para el equipo durante la preparación de nuestras prédicas. Es un comentario dirigido a predicadores y pastores, con lecciones para entender el mensaje de este libro precioso —pero a menudo intimidante por sus profecías— a la luz del evangelio y ayudar a otras personas a comprenderlo también. Esta obra, junto a las otras de Greidanus sobre otros libros de la Biblia, es un recurso que pondría en la biblioteca de todo predicador que desee predicar a Cristo desde el Antiguo Testamento. Aunque lo leí en inglés, supe que también está disponible en español (la versión a la que enlazo aquí, a pesar de que desconozco cómo es la traducción).
The Storied Life: Christian Writing as Art and Worship [La vida en historia: La escritura cristiana como arte y adoración], de Jared Wilson.
Este libro ha sido usado por Dios para reavivar mi pasión por hacer Su voluntad para mi vida, la cual incluye el llamado de escribir para Su gloria. Wilson nos recuerda aquí lo sagrado y hermoso de esta tarea, y qué hace que la escritura cristiana sea cristiana en verdad (ya se trate de ficción o no ficción), mientras brinda consejos y lecciones valiosas para aquel que ama las palabras, tanto leerlas como escribirlas. Si eres escritor o sueñas con serlo, este es un libro que no puedo dejar de recomendarte.
Practicing the Power: Welcoming the Gifts of the Holy Spirit in Your Life [Practicando el poder: Recibiendo los dones del Espíritu Santo en tu vida], de Sam Storms.
Aunque hay algunas cosas de este libro con las cuales no estoy de acuerdo y que no comparto para nada, como continuista también, aprecio el deseo contagiosos y saludables de Storms de que los creyentes podamos atesorar correctamente los dones del Espíritu Santo y usarlos para la gloria de nuestro Dios. En ese sentido, fue profundamente edificante para mí, pues la verdad es que a veces soy cesacionista en la práctica. Este libro te dará ideas de cómo podemos buscar ser bíblicos al usar tales dones. Si vas a leerlo, hazlo en oración y con discernimiento.
Slow Productivity: El arte secreto de la productividad sin estrés, de Cal Newport.
Newport es uno de los pensadores que más han influenciado la manera en que busco trabajar y escribir para el Señor. Sus consejos —tanto en sus otros libros como en este— son una buena dosis de realismo y sentido común que los líderes cristianos pueden aprovechar para recordar el valor de trabajar con enfoque y sin prisas en una era distraída y que está obsesionada con los trucos rápidos e inmediatos.
¡Que tengas una buena lectura!
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