Este es de esos post que he querido escribir desde hace mucho tiempo por la razón de que muchas personas confunden al legalismo y al antinomianismo con el evangelio, aunque no sepan realmente qué significan esas palabras.
La diferencia entre esos conceptos (legalismo y antinomianismo) con lo que enseña el evangelio es ENORME como verás a continuación.
Veremos brevemente qué dice el legalismo, qué dice el antinomianismo y qué dice el evangelio, y cómo eso afecta nuestras vidas.
¿Qué dice el legalismo?
El legalismo es el buscar cumplir leyes y reglas para ser justificados antes Dios de esa manera y así ser salvos. Otras palabras que algunos usan para referirse al legalismo son moralismo y religión (aunque yo prefiero llamar al legalismo religiosidad en vez de religión, porque el cristianismo afirma ser la verdadera religión y de eso hablo aquí. Muchos tienen un concepto errado de lo que significa la palabra religión debido al mal uso que se le ha dado).
El legalismo dice “Tienes que obedecer y vivir una buena para ser salvado”, pero eso es falso porque la Biblia enseña que somos justificados solo por fe (la cual es un don de Dios; Efesios 2:8-9, Santiago 1:17).
Nuestras obras no pueden salvarnos de la ira de Dios y hacernos merecedores de su gracia porque somos pecadores y Él es infinitamente santo. Algunos de los MUCHOS versículos que hablan sobre esto son:
“… sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado” (Gálatas 2:16)
“Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios” (Romanos 5:1-2)
Quita de tus palabras la justificación solo por fe, y con ellas quitas el evangelio. La única obra que puede salvarnos es la obra de Cristo (Romanos 5:19).
Sin embargo, hoy vemos a muchas personas que dicen ser cristianas y enseñan que uno tiene que seguir reglas para ser salvos, como diezmar, obedecer a X personas, etc…
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¿Qué dice el antinomianismo?
Es el polo opuesto al legalismo y se puede traducir como “anti-ley” o “contra-ley”. El antinomianismo dice así: “Como la salvación es solo por fe, si eres salvo no tienes que vivir una buena vida ni obedecer nada”.
Otras formas de llamar al antinomianismo son irreligión y relativismo.
Sin embargo, Jesús descarta el antinomianismo cuando dice: “Si me amáis, guardad mis mandamientos” (Juan 14:15).
Otro pasaje de la Biblia que muestran que el antinomianismo es una herejía es Romanos 6:1-2:
“Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?”
El antinomianismo dice “como no estoy bajo la ley, puedo pecar todo lo que yo quiera”, basándose en Romanos 6:14 sacado de contexto. Pero la palabra enseña que “todo aquel que es nacido de Dios [que es salvo y tiene una nueva vida en Jesús], no practica el pecado” (1 Juan 3:9).
Dios nos ha salvado y dado una nueva vida para que vivamos la ley del amor con TODO lo que ella implica, y es que en esa ley se resume todo lo que Dios quiere que hagamos. (Lucas 10:27, Romanos 13:8,10; Gálatas 5:14, 6:2). Dios nos ha salvado para que seamos santos (2 Timoteo 1:9).
Creer que la gracia de Dios es una excusa para pecar, no es creer realmente en el evangelio. Cuando conoces el evangelio, lo que menos quieres hacer es pecar porque empiezas a entender lo horrible del pecado y lo asombrosa que es la gracia de Dios.
Sin embargo, muchas personas que dicen ser cristianas viven en el relativismo creyendo que pueden vivir vidas impías y aun así ser verdaderos cristianos.
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¿Qué dice el evangelio?
Los líderes de la reforma protestante fueron muy criticados porque ellos predicaron la verdad bíblica de que la salvación es solo por fe (mientras la iglesia católica enseña que es por fe y obras).
Los críticos de los reformadores decían que ellos, los reformadores, estaban incitando el antinomianismo. Martin Lutero y los otros reformadores dieron en el blanco contra esas críticas cuando afirmaron en contra del antinomianismo que “la salvación que es solo por fe, no es por una fe que está sola”.
En otras palabras, una fe auténtica en Jesús está acompañada de obras y frutos (cf. Santiago 2:17). Estas buenas obras no contribuyen en nada a nuestra salvación, pero son una evidencia de que nuestra fe está puesta realmente en Jesús. Puedes tener algunas buenas obras sin tener a Jesús, pero no puedes tener a Jesús sin tener buenas obras como fruto de tenerlo a Él.
El evangelio es algo distinto al legalismo y al antinomianismo porque nos dice que aunque no necesitamos hacer buenas obras para ser salvos, la prueba de que somos salvos es que crecemos en santidad; damos frutos del Espíritu que ahora mora en nosotros si hemos creído (Romanos 8:9, Gálatas 5:22-25). Alguien que permanece en Jesús, que cree realmente el evangelio y lo abraza, es alguien que lleva fruto (Juan 15:5).
El evangelio no dice “Obedece y serás salvo” y tampoco dice “Eres salvo, por tanto no tienes que obedecer nada”. El evangelio dice en realidad: “Eres salvo, por tanto obedece”. Un cristiano no hace las buenas cosas que hace para ser salvo, sino por agradecimiento y adoración a Dios.
La Palabra de Dios habla mucho más al respecto, pero te animo a leerla y adentrarte en la verdad del evangelio por ti mismo.
El legalismo y el antinomianismo no son la verdad, pero Jesús sí lo es y necesitas estar firmes en Él (Juan 14:6). No todo el que dice que es cristiano es realmente cristiano (Mateo 7:21-23). Es por eso que debemos examinar qué creemos en realidad (2 Corintios 13:5).
El antinomianismo y el legalismo no pueden salvar ni transformar nuestras vidas, pero el evangelio sí. El amor de Dios es tan impactante, que desde que empezamos a conocerlo nos impulsa a vivir cada día más para Su gloria y haciendo lo que a Él le agrada.
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