Hoy tengo el gozo de compartir contigo una entrevista al pastor Gerson Morey sobre uno de los temas más impopulares en la iglesia de hoy: El honrar y sujetarnos a nuestros pastores.
Este es un asunto que se ha tratado muy poco, y al mismo tiempo es más importante de lo que la mayoría cree. Tristemente, también ha sido un tema en el cual se han visto excesos y malinterpretaciones.
Gerson Morey es pastor en la Iglesia Día de Adoración, en la ciudad de Davie, en el Sur de la Florida (Estados Unidos), y autor del blog El Teclado de Gerson, en Coalición por el Evangelio.
A continuación la entrevista:
JB: Muchas gracias por la entrevista, pastor Gerson. Es una bendición tenerlo como invitado en el blog. Para empezar, ¿cómo llegaste a conocer al Señor y ver la importancia de honrar a nuestros pastores?
GM: Gracias Josué. Conocí al Señor en el año 1999 en la ciudad de Nueva York. Dios, en su misericordia, me dio vida nueva mientras participaba en un grupo de hogar al que asistía con mi esposa. El Espíritu Santo abrió mis ojos, pude ver lo terrible de mi pecado y también la gracia de Dios en Cristo. Había nacido de nuevo
Desde ese momento fui persuadido de la importancia de ser parte de una iglesia local, de congregarme, de tener pastores y honrarlos. Creo que es un tema que es presentado con claridad en las Escrituras.
JB: ¿Por qué muchas personas no tienen una concepción bíblica de lo que significa honrar a nuestros pastores? ¿Cómo crees que el individualismo en nuestra cultura contribuye a que muchos no vean la necesidad de seguir al pastor?
GM: Para responder a la primera pregunta, debemos apuntar a dos aspectos. El primero tiene que ver con el temor que pueden tener los pastores de enseñar acerca de la sujeción y la honra a ellos mismos. Algunos se pueden sentir incómodos y hasta avergonzados de hacerlo. Por eso, muchos creyentes dentro de la iglesia pueden tener un escaso y hasta nulo entendimiento acerca del tema.
El otro aspecto, creo que responde al desconocimiento que pueden tener los miembros de una iglesia respecto a la naturaleza de la labor pastoral. Creo que muchos ignoran el trabajo de los pastores y por eso minimizan el valor de su esfuerzo.
Ahora bien, cuando decimos “honrar a los pastores”, no significa obedecerlos a ciegas, ni darles pleitesía, ni estimarlos cómo superhombres, ni mucho menos ser fiel al pastor por encima de la palabra de Dios. Más bien me refiero a la estima que debemos tener por la tarea que hacen. A obedecerlos en conformidad a las Escrituras, a respetarlos, a orar por ellos y cosas por el estilo.
En cuanto a la segunda pregunta, creo que el individualismo puede ser una razón del por qué algunos no honran a sus pastores, pero la raíz del problema reside en nuestra condición caída.
Debemos recordar que, a pesar de ser creyentes, el pecado todavía mora en nosotros y conservamos lo que John Owen llamaba “los restos del pecado”. Y parte de esos residuos de pecado tiene que ver con nuestra resistencia natural a sujetarnos y a someternos a cualquier forma de autoridad.
JB: Considero que el fenómeno de los pastores muy conocidos en Internet también ha conducido a muchas personas a tener menos estima y honra hacia sus pastores locales. ¿Cuál es tu análisis de esta situación? ¿Cuáles problemas rebela esta actitud en nuestros corazones?
GM: Internet ha sido una gran herramienta en la proclamación del evangelio y sobre todo en éste despertar reciente que vemos a la verdad bíblica en el pueblo cristiano.
Sin embargo, creo que tu pregunta describe una gran y triste realidad. Parece que muchos han optado por “congregarse en línea” con pastores virtuales. De esta manera, muchos creyentes están a la deriva, sin una iglesia local donde puedan ser pastoreados, donde puedan rendir cuentas, tener compañerismo con otros cristianos y poner sus dones al servicio del cuerpo de Cristo. Esto es muy malo. El modelo bíblico no da margen para una iglesia y un pastor en línea.
Los problemas que estas actitudes rebelan se pueden resumir en una sola palabra: Orgullo. Como dije antes, de allí parte nuestra resistencia a estar sometido, a rendir cuentas y a honrar la autoridad.
Pero creo que también debemos apuntar a otro aspecto: En ocasiones esta actitud que demuestran algunos creyentes es producto de la decepción que han vivido en congregaciones anteriores. En algunos casos, esa resistencia a no honrar a los pastores es casi como una medida de repudio ante una pasada mala experiencia.
He conocido a muchos cristianos que fueron parte de congregaciones donde el tema de la honra a los pastores se llevaba al extremo (algunos eran parte de iglesias donde se exige a sus miembros hacer regalos a los pastores; se organizan colectas y se lleva un registro de las cantidades de dinero que cada uno dona).
En otros contextos, la sujeción se lleva al exceso de que aun la más mínima discrepancia es tomada como un acto de rebeldía. Pastores se han enseñoreado del rebaño, han abusado de la autoridad que tienen y esto ha traído consecuencias.
En muchos lugares los pastores no han dado testimonio del carácter de Cristo y tampoco han sido dignos de imitar (Heb 13:7). Tristemente esto ha contribuido que muchos creyentes se sientan incomodos y desilusionados con el tema de honrar a los pastores.
Sin embargo, las malas experiencias no deben ser excusas para desobedecer el mandato bíblico de congregarnos, ni tampoco una razón para no sujetarse ni honrar a los pastores.
La desilusión no exime al creyente de ser parte de una iglesia local y estar bajo el cuidado y la autoridad de los pastores. Por más decepcionante que haya sido nuestra experiencia, y al margen de los errores y excesos de los hombres, la Palabra de Dios permanece para siempre.
Asimismo, debemos recordar que cada uno dará cuenta de sus propios actos, y ninguna desobediencia será justificada por acciones de los demás.
JB: Sin duda, hoy hay muchos excesos y malinterpretaciones en relación a la sujeción al pastor. ¿Cuáles son los principios bíblicos para sujetarnos a nuestros pastores?
GM: Debemos partir con la premisa de que todos los creyentes estamos llamados a la sujeción mutua. Ese parece ser el sentido de Pablo cuando dijo “Someteos unos a otros en el temor de Dios. (Efesios 5:21).
Además, es importante recordar que el mismo apóstol exhortó a los Filipenses a estimar “a los demás como superiores a él mismo” (Filipenses 2:3). Es decir, que nuestro trato con los demás debe estar caracterizado por una profunda estima a nuestro prójimo, pues lo debemos considerar como superior a nosotros.
A partir de aquí, si entendemos y abrazamos el principio de la sujeción, creo que cualquier otra forma de sujeción será parte de nuestra respuesta habitual en las relaciones.
Pero el escritor de Hebreos hace de la sujeción a los pastores un imperativo para todo creyente. En la carta, establece directamente la sujeción a los pastores y va mas allá al explicar su importancia: “Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso”. (Hebreos 13:17).
En síntesis, nuestra sujeción al pastor, es solo una expresión más del llamado a sujetarnos los unos a los otros.
JB: ¿Cómo describes los beneficios de honrar a los pastores en nuestra iglesia?
GM: Desde un aspecto práctico, creo que podemos señalar algunos beneficios.
– La gobernabilidad de la iglesia se hace más viable. Para los pastores es importante contar con el respaldo de la congregación que pastorea y una parte esencial es la honra que los miembros le dan. Para resumirlo, cuando los miembros honran a los pastores de la congregación, la labor pastoral se hace más fácil.
- Dejamos un modelo de respeto, obediencia y sujeción al resto de la congregación.
- Damos testimonio al mundo. Cuando honramos a los pastores, estamos testificando ante los hombres que el amor de Dios es una realidad que gobierna nuestras vidas.
- Creo que otro beneficio de honrar a los pastores es que ellos podrán dar cuentas de las ovejas “con alegría y no quejándose” (Heb 13:17).
Pero por encima de esto, debemos contar como el mayor beneficio el hecho de que Dios sea glorificado. Cuando honramos a los pastores, estamos obedeciendo la palabra, la iglesia es edificada, el creyente crece en el carácter de Cristo y así Dios recibe gloria.
JB: ¿Cuál debe ser la actitud de un creyente al ver que su pastor está en un error?
GM: La pregunta es compleja por varias razones. Decir que un pastor está en el error puede ser algo muy subjetivo. Tenemos que definir si se trata de un error doctrinal o un error de otra índole.
Si se trata de un error doctrinal, quizá estamos hablando de una postura de la cual no compartimos y no necesariamente algo que represente un rechazo a una verdad central de las Escrituras. Quizá el tema tiene que ver con una manera de hacer ministerio dentro de la iglesia y en ese caso la discusión es de preferencias y no tanto de errores.
Por otro lado, también es importante apuntar a dos extremos del tema: (1) El de lugares donde no existe la apertura y la atmósfera para discrepar y (2) el de creyentes que son hipercríticos y al presentar sus quejas y reclamos, lo hacen con poca sensibilidad y respeto.
Por esto y por mucho más, el tema es complejo no hay una respuesta que pueda encajar en toda circunstancia. Pero podemos dar algunas pautas.
Si tomamos en cuenta que perteneces a una congregación sana, donde se honre la Palabra de Dios y se predique el evangelio bíblico, y notas un error en tu pastor, creo que pudieras seguir estos pasos:
– Oración. Lo primero que debemos hacer es presentarle a Dios la situación. Debemos pedir al Señor que nos conceda certeza de Su soberanía y que Su paz pueda guardar nuestros pensamientos y corazones. Asimismo, debemos pedir por sabiduría. Si el error es real y contradice las Escrituras amenazando la integridad espiritual de los miembros, entonces debemos pedir a Dios que obre y que traiga luz a las personas involucradas.
– El diálogo. Debemos presentar nuestras inquietudes, pero con un espíritu conciliador. Tenemos que mostrar nuestros argumentos con mansedumbre y reverencia. En este sentido es importante conversar con las personas correctas. Es decir, debemos evitar el chisme y los comentarios innecesarios con personas ajenas al asunto. El dialogo con las personas correctas, con la actitud correcta y en el tiempo correcto son medios por los cuales Dios obra para Su gloria.
Para terminar, me gustaría recordar que más allá de nuestros esfuerzos por exponer y enmendar los errores en las congregaciones, debemos descansar en el Señor de la iglesia, pues Él es quien la cuida, la sustenta y la edifica.
JB: Para terminar, ¿algún consejo adicional para los hermanos que leerán esta entrevista?
GM: Amen a la iglesia. Amen a sus pastores, hónrenlos, respétenlos y oren por ellos.
JB: Gracias por la entrevista, pastor Gerson. Estoy seguro que será de bendición para los lectores.
GM: Gracias a ti, Josué, por la oportunidad. Mi oración es que esta entrevista pueda arrojar un poco de luz a tan importante aspecto de la vida cristiana.
Publicado primero en Soldados de Jesucristo