Todos tenemos ideas acerca de Dios, incluyendo los ateos. Sin embargo, uno de los problemas de la humanidad es que por causa del pecado, no todos tenemos ideas correctas acerca de Dios. Todos somos teólogos de alguna manera, pero la mayoría son teólogos malos.
Por eso el mejor consejo que como hombre puedo dar a cualquier mujer es el siguiente: Hermana, es bueno que aprendas teología. Es bueno que te adentres en la Palabra de Dios y que ella renueve tu forma de pensar (Romanos 12:2). Es bueno que deseches malas ideas y fundamentes tu vida sobre la verdad, ya que las creencias sutilmente engañosas te guiarán al error y así jamás podrás ser una mujer que viva realmente para la gloria de Dios.
Lo que hace principalmente convierte a una joven una ayuda idónea, útil en la iglesia para la gloria del Señor, no es cómo se vista, cuantos tips sepa para ser mejor esposa, su carrera profesional, sus ingresos económicos, o sus habilidades con la tarea de la casa. Lo que hace a una mujer virtuosa principalmente es que viva conforme al evangelio y tenga su máximo gozo en Dios. Que conozca a Dios y lo ame. Pero no a cualquier “Dios”, sino al Dios de la Biblia. Es la Palabra de Dios que le da forma a todo lo anterior.
Estás llamada a adorar a Dios en Espíritu y en verdad (Juan 4:23). Un amor a Dios que no parte del conocimiento de Dios, no puede llamarse amor a Dios en lo absoluto, sin importar cuan intenso, bonito o libre luzca. Es sentimentalismo porque carece de fundamento. De hecho, puedes llamar a ese “amor” idolatría, ya que no va dirigido al Dios verdadero.
No compres la mentira de que aprender teología es sólo para algunas personas, o que la doctrina no importa sino cómo te sientas. Esa mentalidad no es bíblica y te guiará a vivir en el engaño. Necesitas la verdad y las personas a tu alrededor también. Adéntrate en la Biblia.
Las únicas emociones que honran a Dios son las arraigadas en la realidad que Él ha revelado sobre Él. Son los sentimientos despertados y sostenidos por una comprensión creciente de Quién es Él y cómo obra. Por eso la verdad importa, y esto cambia radicalmente la forma en que vivimos. Por eso, hermana, es bueno que estudies teología.
Una versión de este artículo fue publicada previamente en Joven Verdadera.