“¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?” (Romanos 6:1-2)
Las palabras de Millie a su papá borracho.
Charles Spurgeon en un sermón memorable sobre la gracia de Dios compartió la siguiente anécdota:
Un borracho se despertó una mañana de su embriaguez, con su ropa puesta tal como se había desplomado en la cama la noche anterior. Vió a su única pequeña, su hija Millie, haciéndole el desayuno. Despabilándose le dijo, «Millie, ¿por qué permaneces conmigo?» Ella le respondió, «porque eres mi padre, y porque te amo.» Él se miró, y vió qué criatura tan torpe, harapienta e inútil era él, y le dijo, «¿Millie, realmente me amas? La niña exclamó, «Sí, padre, te amo, y nunca te dejaré, porque al morir mamá me dijo, ‘Millie, quédate con tu papá y siempre ora por él, y uno de estos días dejará la bebida, y será un buen padre para ti’; por eso nunca te dejaré.»
Luego, Spurgeon comentó en el sermón:
“¿Es maravilloso si agrego, como sucedió en la historia, que el padre de Millie dejó la bebida, y se convirtió en un hombre cristiano? Hubiera sido más asombroso si no lo hubiera hecho. Millie estaba confiando en la gracia inmerecida, ¿o no? De acuerdo a nuestros moralistas ella debió haber dicho, ‘¡Padre, eres un horrible hombre miserable! Ya he permanecido contigo lo suficiente; ahora debo dejarte, pues si no, estaré alentando a otros padres a emborracharse.’ Bajo ese tratamiento tan adecuado me temo que el padre de Millie hubiera continuado su borrachera hasta su total perdición. Pero el poder del amor hizo de él un hombre mejor”.
Me encanta esa anécdota porque creo que es un ejemplo fantástico de cómo la gracia y el amor de Dios pueden transformar nuestras vidas cuando somos impactados por ella.
Lee también:
- ¿Qué diferencia al legalismo y al antinomianismo del evangelio?
- 3 Significados de la Gracia de Dios.
La gracia de Dios nos cambia para siempre.
Hoy tenemos a millones de “cristianos” que viven como si no lo fuesen. Dicen que aman a Dios; pero aman el pecado, no le dan importancia a Su Palabra, y por eso no se preocupan por vivir para Su gloria y ser realmente bíblicos. Incluso tenemos a “líderes” y “pastores” que actúan de esta manera.
Ellos suelen decir y/o pensar cosas como “No hay que ser tan estrictos o serios con respecto a lo que dice la Biblia porque vivimos bajo la gracia de Dios”, o cosas como “Lo importante es amar a Jesús; no hay que obedecer mandamientos morales” “Nadie es perfecto, además el que dice que no peca es mentiroso” (Leyendo 1 Juan 1:8 sin el resto de la carta) y “no estoy bajo la ley, puedo pecar todo lo que yo quiera de vez en cuando”, (basándose en Romanos 6:14 sacado de contexto).
… Pero la palabra enseña que “todo aquel que es nacido de Dios [que es salvo y tiene una nueva vida en Jesús], no practica el pecado” (1 Juan 3:9).
Sí, es cierto que por sus propias obras nadie se salvará, ya que todos somos pecadores y la Biblia enseña muchas veces que la salvación es solo por fe (Romanos 3:23, 5:1). Sin embargo, Jesús nos dice que si lo amamos obedeceremos sus mandamientos (Juan 14:15). Además, la Biblia declara que la gracia de Dios nos enseña a no pecar:
“Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras” (Tito 2:11-14)
Lee también:
¿Conoces la gracia de Dios?
Creer que la gracia de Dios es una excusa para pecar es no conocer realmente la gracia de Dios. Su amor y bondad no son excusa para no tomarnos Su Palabra en serio. ¡Es todo lo opuesto! Es un motivo para amar a Dios con todo nuestro ser.
Cuando conoces el evangelio, lo que menos quieres hacer es pecar, porque empiezas a entender lo horrible del pecado y lo asombrosa que es la gracia de Dios revelada en Jesucristo.
El evangelio no dice “Obedece y serás salvo” y tampoco dice “Eres salvo, por tanto no tienes que obedecer nada”. El evangelio dice en realidad: “Eres salvo, por tanto obedece”. Un cristiano no hace las buenas cosas que hace para ser salvo, sino por agradecimiento y adoración a Dios.
La gracia de Dios es un motivo para no pecar, y esa es una razón por la que deseo que cada día conozcamos más y más, en las páginas de la Biblia, ésta gracia escandalosa, extraordinaria, real y mostrada en la cruz.
Si este post te ha servido y hecho pensar, compártelo en las redes sociales para que más personas lo lean.