Este corto post en un fragmento del segundo capítulo de mi nuevo eBook: «Cristiano Generación Facebook: Un llamado a usar las redes sociales para la gloria de Dios».
Es posible tener el evangelio en la mente sin tenerlo en el corazón, pero es imposible tener el evangelio en el corazón sin tenerlo también en la mente (¡no podemos amar algo que no conocemos!). Con respecto a lo primero, quiero decir que no basta con saber intelectualmente que Jesús es grandioso, que el evangelio es real y que somos infinitamente amados por Dios para alabanza de la Gloria de Su gracia. Muchos Creyentes Tibios saben esto, y eso no es suficiente. Es necesario amar realmente esta verdad, el evangelio, y creerlo con todo nuestro corazón, no solo con nuestras cabezas.
Cuando sabes en tu corazón que tienes la atención infinita de un Dios que te ama con un amor que supera todo entendimiento (Efesios 3:19), no necesitas la atención de las personas para ser feliz. Los cristianos no viven para los aplausos como Lady Gaga. Cuando sabes que en Cristo lo tienes todo, sabes que las cosas que no tienes no las necesitas y eso, entre muchas cosas, te lleva a renunciar cada día más a la vanidad, hasta en Facebook (por ejemplo).
Cuando sabes que sin Dios eres más pobre de lo que puedes imaginar y que no mereces nada de lo que tienes, entonces eres humilde y agradecido, y eso se evidenciará en tus perfiles en Internet, cuando te relaciones con tu prójimo y te expreses. Cuando sabes que estas llamado a ser luz en el mundo (Filipenses 2:14-15), decides tomarte eso en serio y dejar de comportarte como el mundo egoísta y superficial se comporta, y eres más cuidadoso con las cosas que publicas online. Cuando sabes quién es realmente Dios, al despertar en las mañanas estás más sediento de leer la Biblia y orar que de revisar tu Facebook o Twitter.
Y así, de muchas maneras más, el evangelio nos afecta para siempre. Hasta en la forma en que usamos las redes sociales.
Como bien han hablado muchos cristianos a lo largo de la historia, el evangelio no es “obedezco y por tanto soy salvo”. El evangelio es “soy salvo, por tanto obedezco” (cf. Juan 14:15).
El evangelio tampoco es “amo a las personas y a Dios, por lo tanto soy amado por Dios”. El evangelio es “soy amado por Dios, por lo tanto amo a las personas y amo a Dios… y entre muchas cosas, por eso soy cuidadoso con qué público en las redes sociales, porque quiero que la gente vea a Dios en mi vida tan asombroso como Él realmente es y lleguen a amarlo cada día más”.
Los cristianos generación Facebook son cristianos abrumados por Dios y sus atributos (Su amor, Su justicia, Su santidad, Su soberanía…). Por eso buscan obedecer Su Palabra y glorificar a Dios en cada aspecto de sus vidas. Eso incluye usar las redes sociales para Su gloria. Facebook pasará, Twitter pasará, Instagram pasará, y Google+ pasará, pero Jesús nunca pasará.