Todos los cristianos están de acuerdo en que la Biblia enseña claramente que Dios escogió a quienes han de ser salvos. La palabra “elegidos” se usa a menudo para hablar de los creyentes y nadie puede borrarla de la Biblia.
Algunos (entre quienes me incluyo), creen que la elección que Dios hizo fue incondicional, por pura gracia: No fue condicionada por algo que Dios haya previsto en el hombre. Aquí he explicado esto brevemente y respondido a las objeciones comunes. Mientras tanto, otras personas creen que la elección es basada en que Dios previó algo en los hombres que serán salvos.
Dejando a un lado mi convicción sobre la exposición clara de la doctrina de la elección incondicional en las Escrituras, y de que una elección condicional le da algo de mérito al hombre, es innegable que para muchas personas esta idea de la elección (condicional o no) parece estar en conflicto con el llamado a evangelizar.
La pregunta es: “Si Dios eligió a personas que serán salvas, ¿para qué evangelizar, esas personas de todas maneras serán salvas?”
Esta interrogante no debe ser un dolor de cabeza para ningún cristiano. Debemos evangelizar porque es un mandato de Dios. Él determinó hacer avanzar su reino en el mundo, salvando a pecadores, por medio de la locura de la predicación (1 Corintios 1:21).
En otras palabras, Dios no sólo decretó la salvación para los elegidos, sino que también decretó los medios para ese fin. Él pudo haber escogido cualquier otro medio, pero Él escogió la predicación del evangelio.
Saber que Dios no nos necesita para llevar a cabo Sus propósitos, pero que se complace en usarnos para traer a personas a Cristo, es algo asombroso y brinda un gozo que sólo han podido experimentar aquellos que obedecen a Dios en humildad, sabiendo que somos salvos para que hagamos las buenas obras que Él determinó que hiciéramos (entre las cuales está el predicar a los incrédulos; cp. Efesios 2:10). Predicar es un deber y privilegio.
Seamos cuidadosos de no caer en falacias y llevar a conclusiones no-bíblicas ciertas enseñanzas claras en la Palabra de Dios: Evangelizar es un mandato que no se opone a la gloriosa verdad de que Él tiene a Sus escogidos.
De hecho, la realidad de la elección debe tener en nosotros el mismo efecto que tuvo en el apóstol Pablo. Debe motivarnos a vivir de esta manera: “Todo lo soporto por amor a los escogidos, para que también ellos obtengan la salvación que está en Cristo Jesús, y con ella gloria eterna” (2 Timoteo 2:10).
Publicado originalmente el 23 de mayor de 2016.
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