“Casi me sentía como si hubiese descubierto el fundamento secreto del cristianismo”, escribe el reconocido predicador y autor Timothy Keller acerca de un sermón que escuchó por primera vez hace más de 30 años, de Edmund Clowney sobre la célebre “parábola del hijo pródigo”.
En El Dios Pródigo, como el título sugiere, Keller busca exponer cómo aquel relato que Jesús contó sobre un padre y sus dos hijos muestra la esencia de la fe cristiana, y cómo el mensaje del evangelio transforma nuestras vidas.
Keller desde el comienzo del libro explica que esta parábola ha sido leída comúnmente de forma errada, incompleta. Él afirma que…
“Los oyentes originales no estaban inundados en lágrimas por la historia, sino que estaban atónitos, ofendidos y enfurecidos. El propósito de Jesús no es enternecernos, sino hacer añicos nuestras ideas preconcebidas. A través de esta parábola, Jesús desafía lo que cualquiera haya pensado alguna vez acerca de Dios, el pecado y la salvación. Su historia revela el egocentrismo destructivo del hermano menor, pero también condena con firmeza la vida moralista del hermano mayor. Jesús está diciendo que tanto los irreligiosos como los religiosos están perdidos espiritualmente, ambos estilos de vida llevan a callejones sin salida y que todas las ideas que la humanidad ha tenido acerca de cómo reconciliarse con Dios han sido erróneas” (posición. 109).
El autor entonces analiza el contexto en que fue dicha esta parábola, su contenido, las motivaciones de ambos hermanos mencionados en ella y lo que esta historia muestra sobre Dios y la esperanza que tenemos en Cristo. Expone cómo este relato no confronta con el evangelio solo al liberal y relativista (ilustrado en el hermano menor), sino también al conservador y moralista (ilustrado en el hermano mayor): Ambas personas necesitan la gracia del Dios pródigo que reveló Su amor en Jesucristo.
Al explicar cómo este relato muestra que el pecado es más que simplemente romper una serie de reglas, y nos llama a mirar a Cristo —nuestro verdadero y mucho mejor hermano mayor—, Keller expone las Buenas Noticias de una forma confrontante al mismo tiempo que alentadora.
Este libro corto se revela como una presentación muy útil del evangelio tanto para personas escépticas como para creyentes. Estamos frente a un texto inteligente, lleno de ilustraciones, con reflexiones edificantes, y saturado del evangelio. Lo recomiendo.