“Necesito a Jesús y no a nada que se le parezca” — C.S. Lewis
¿No has notado que muchas personas en nuestras congregaciones simplemente quieren cosas cristianas en vez de querer a Cristo?
Eso es triste porque, en realidad, Cristo es mejor que las cosas cristianas.
Recuerdo vivir un tiempo en el que yo estaba detrás de cosas cristianas. Como cuento en mi ebook (el cual podrás recibir gratis aquí), para mi Jesús era como Santa Claus y nada más.
Qué gran error.
Jesús no es simplemente el dador de regalos, Él es el regalo supremo. (comparte esto en Twitter)
Ese es el mensaje de la Biblia y gracias a Dios pude ver esto.
Mira, te cuento esto porque en la iglesia en el siglo XXI no necesitamos seguir “ondas” o meras modas dentro de las congregaciones, ya que una vez que estás en la última onda, más temprano llegará alguien a apuntarte a la siguiente.
Lo que necesitamos es Jesús y nada más.
Él es la personificación de todas las cosas divinas (Colosenses 2:9).
Yo, incluso dentro de una congregación, estaba perdido. Decía ser cristiano, pero no lo era. Estaba detrás de dones, cosas, “palabras proféticas”, doctrinas, y «verdades», cuando lo que yo en verdad necesitaba era LA verdad. Por eso hoy te digo lo que te digo.
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Con el tiempo aprendí que el crecimiento espiritual no es tener cosas espirituales o poseer una mera posición en la iglesia visible. El crecimiento espiritual es tener a Jesús creciendo en nuestros corazones y siendo glorificado en nuestras vidas (Gal 4:19). Eso es lo mejor que podemos tener, ¿eh?
Si la iglesia quiere tener un impacto en el mundo, necesita estar centrada en Cristo y lo que Él Espíritu habla de Él. Las cosas cristianas han reemplazado el lugar de Jesús en muchas congregaciones y eso es triste. Incluso, cosas más vanas que estas que menciono han reemplazado a Jesús en varias «iglesias».
El pastor José Olivares da en el blanco cuando afirma lo siguiente:
“La gente quiere: hablar en lenguas, anunciar profecías, decretar y atar, reprender demonios, (que los empujen, caer al suelo, «danzar», saltar, temblar) etc. Quieren todo menos a Dios y la Verdad.”
Lo más fácil del mundo es obsesionarse con cosas cristianas o aparentemente cristianas. Por eso tanta gente lo hace. Muchos terminan trabajando para Dios en vez de trabajando con Él.
Yo no quiero eso para mí y tampoco lo quiero para ti.
Nacimos para ser testigos todos los días de que Jesús lo es todo. Esta es la razón de nuestro existir: Tener a Dios y no simplemente sus regalos.