Una frase que seguro has oído decir a algún evangélico es “el cristianismo es una relación, no una religión”.
Confieso que a mí me encantaba esa frase. Nos resulta cool una vez que la escuchamos por primera vez, ¿eh?
La razón por la cual es tan popular la frase, es porque hemos asociado la palabra “religión” con algo malo. Para nosotros “religión” es reglas y un montón de cosas religiosas (valga la redundancia) que nos parecen aburridísimas.
Vivimos en una época en donde nadie quiere lo que comúnmente conocen como religión. Sin embargo, cuanto más leía la Biblia, más veía que el cristianismo en realidad sí es una religión. También vi que si no tenemos esa religión, en realidad no somos cristianos.
Tal vez ese párrafo anterior que acabas de leer resulta hasta desagradable para ti porque te han enseñado que la palabra religión significa algo feo.
Quiero que sepas que lo entiendo. Para mí también fue raro en un comienzo saber eso que te acabo de decir, así que sigue leyendo y déjame explicarte a qué me refiero.
¡Primero definamos religión!
La palabra religión viene del término “re-ligare”. “Re” indica intensidad y “ligare” indica ligar o amarrar. Así que la palabra “religión” hace referencia a ligarnos de nuevo a nuestro creador.
Una religión es un conjunto de creencias y prácticas que tienen que ver con asuntos existenciales, sobrenaturales y morales. Tienen el fin de acercarnos más a los dioses de alguna manera.
El único Dios verdadero, mediante Su Palabra y su máxima revelación en Jesús, nos enseña cosas que hacen que el cristianismo encaje en la definición de religión (Hebreos 1:1-3, 2 Timoteo 3:16-17, Colosenses 2:9).
Así que el cristianismo, aunque no nos guste la palabra “religión”, sí es una religión. De hecho, decir que el cristianismo no es una religión es como decir que el agua no es mojada (o sea, una tontería; hay que admitirlo).
Ya que hemos definido lo que es una religión, y que el cristianismo de hecho es una religión, tenemos que entender que el cristianismo tiene algunas características que lo hacen distinto a TODAS las otras religiones que existen.
Una religión basada en el amor.
“En esto consiste el amor verdadero: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo como sacrificio para quitar nuestros pecados”. (1 Juan 4:10)
El cristianismo nos habla la verdad de que no podemos acercarnos a Dios por nuestra cuenta porque hemos pecado y Él santo.
Nos dice también que no hay nada que podamos hacer para merecer que Dios quiera estar con nosotros, y que Él requiere satisfacer su ira contra los pecadores. (Efesios 2:8-6, Romanos 3:23-26)
Sin embargo, Él nos ama por amor a su propia naturaleza y envió a Su Hijo a morir por nosotros para que todo aquel que de verdad crea en Él, no se pierda y tenga vida eterna (Juan 3:16).
Podemos acercarnos a Dios porque Él se acercó primero a nosotros. Esto es lo que Su Palabra nos enseña. Así que el cristianismo se basa en el amor de Dios. La religión cristiana se basa Jesús. Jesús descendió a la tierra para que sus ovejas vayan al cielo.
El cristianismo plantea que una persona que cree en el evangelio es alguien que ha nacido de nuevo porque Dios le ha dado un nuevo corazón que reconoce su necesidad de Dios y que es capaz de obedecerlo cada día más (1 Juan 5:1, Ezequiel 36:24-28).
Entonces tenemos esto que es muy interesante: Alguien que ha nacido de nuevo, no tiene solo una nueva religión. Tiene una nueva vida. Esa vida es una relación con Dios mediante Jesús. Él es nuestra vida. (Juan 14:6, 17:3)
Podemos amar a Dios porque Él nos amó primero y derrama amor en sus hijos para que ellos amen cada día más (Romanos 5:5). Y (prepárate para esto)… el amor se expresa mediante lo que hemos llamado religión.
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Religión no es lo opuesto a relación
La frase “el cristianismo no es religión, es relación”, da a entender que una relación con Dios y lo que conocemos como religión son cosas opuestas. En realidad son cosas que van de la mano en cierto sentido.
La verdadera religión es una manifestación de una relación con Dios. ¿Por qué digo eso? ¡Porque lo dice la Biblia!
“La religión pura y verdadera a los ojos de Dios Padre consiste en ocuparse de los huérfanos y de las viudas en sus aflicciones, y no dejar que el mundo te corrompa” (Santiago 1:27 NTV).
Toda la Biblia habla sobre religión, pero la carta de Santiago y la primera carta de Juan, hablan mucho sobre la religión como expresión de una relación.
Todo lo que habla Santiago se puede resumir de esta manera: “Si eres cristiano, entonces vive como tal”. Te invito a que leas su carta y la primera de Juan. Ambas cartas son cortas y en general fáciles de entender.
Ese versículo que compartí contigo un par de párrafos atrás nos enseña tres cosas:
- Nuestra religión no es verdadera si no procuramos vivir como Dios quiere que vivamos (“La religión pura y verdadera a los ojos de Dios Padre…”). En otras palabras, si no vivimos cada día más como Jesús vivió, es porque no tenemos una relación Dios (1 Juan 2:6).
- La religión tiene que ver con hacer buenas obras (“…consiste en ocuparse de los huérfanos y de las viudas en sus aflicciones”). Estas buenas obras no las hacemos para ser salvos y acercarnos a Dios, sino porque Dios se acercó a nosotros y nos ha salvado. Derivan de tener una relación con Él y vivir en agradecimiento.
- La religión tiene que ver con vivir en santidad (“… y no dejar que el mundo te corrompa”). Si amamos a Dios nos apartaremos del pecado porque Dios es lo más valioso y nos satisface realmente.
Entonces tenemos que lo que hemos llamado como religión, nos lleva a profundizar más de alguna manera en nuestra relación Dios. Una relación que tenemos por gracia, no por algo que hagamos. (En mi ebook hablo sobre cómo conocemos a Dios cuando amamos a las personas; descárgalo GRATIS)
El cristianismo no se trata de cuanto hacemos, sino de cuanto Dios ha hecho. Y eso nos mueve a actuar. Eso nos mueve a estar agradecidos.
Puedes tener religiosidad sin relación, pero no puedes tener relación sin tener una verdadera religión. Cuando tienes una relación con Dios, tienes religión. Una relación con Dios en donde no se manifiesta amor en nosotros, no es una genuina relación con Dios.
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“La religión más estúpida”.
Yo llamo religiosidad a cuando una persona pretende acercarse a Dios mediante sus obras (nótese que uso la palabra religiosidad; no religión). Eso es despreciar a Jesús, un acto de orgullo terrible, y algo bastante tonto porque hagamos lo que hagamos jamás merecemos a Dios.
Por otro lado, hay personas que dicen que viven “una relación, no una religión”, pero parece que dijeran eso para excusarse porque nunca leen la Biblia, no se congregan, no tienen una vida activa de oración, no tratan al prójimo como quieren ser tratados, aman las cosas que ama este mundo corrompido, etc. Aunque ellos a veces hacen cosas que Dios ordena que hagan, para ellos es una carga pesada y por eso son demasiado inconstantes en su servicio. Hacen las cosas “buenas” por motivos incorrectos y no se arrepienten de sus pecados. A pesar de todo eso, se creen en una relación con Dios porque dicen que la tienen.
¿Lo ves? Esas personas han hecho de la frase “tengo una relación, no una religión” una especie de religión y eso es religiosidad. Y en lo personal creo que esa es la religión más estúpida en todo el mundo.
Si en verdad vivimos una relación con Dios, eso se expresa en la religión del amor (a Dios y al prójimo) de manera creciente. Eso lo habla el apóstol Juan en su primera carta. ¡Así que en la verdadera religión no hay lugar para las excusas!
Repiensa tu relación y tu religión
No todo el que me llama: “¡Señor, Señor!” entrará en el reino del cielo. Solo entrarán aquellos que verdaderamente hacen la voluntad de mi Padre que está en el cielo. — Jesús (Mateo 7:21 NTV)
Esas son palabras mayores que debemos tomarnos en serio. Confieso que por mucho tiempo me creí cristiano cuando en realidad no lo era y por eso hoy te animo a que examines tu fe (2 Corintios 13:5).
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Es necesario que comprendamos que el amor que damos a los demás y a Dios, es la consecuencia de estar siendo satisfechos por Él. Por eso amamos al prójimo y le servimos, y por eso servimos a Dios y hacemos actos religiosos que Él nos ordena hacer y que son para nuestra edificación espiritual.
Todo eso es amar, y tal y como dice Chesterton «Que vuestra religión sea menos una teoría y más un idilio de amor».